El sueño de una construcción más sólida en la fachada de su vivienda se convirtió en un verdadera pesadilla para una joven trabajadora, cajera de un supermercado. 

María Rojas Gajardo (27) acordó el pago de 6 millones 500 mil pesos a  un “maestro” para ejecutar la construcción, pero finalizado el plazo acordado por las partes la obra está solo a la mitad y sin atisbo de ser retomadas en el corto plazo. 

La mujer agrega que ella y su madre se esforzaron para cumplir su anhelo de un un mejor lugar donde vivir. “Yo pedí un crédito a cuatro años plazo y mi madre, quien recibe una jubilación de 100 mil pesos, ahorró durante años para poder pagar por este servicio, pero ahora quedamos de brazos cruzados, sin casa y sin dinero para concluir el trabajo”, expresa.

Rojas Gajardo relató a El Día que contactó a un “maestro”, cuya tarjeta aparecía en un panel en el supermercado donde trabaja. “Quería echar abajo la fachada de mi casa, construida de madera y que se encuentra toda apolillada”, agrega.

La joven dice que prefería trabajar con la modalidad de “obra vendida” por lo que sería el maestro quien se encargaría de la compra de los materiales de construcción. 

Ambas partes firmaron un contrato notarial por la suma de 6 millones 500 mil pesos. Un 50 por ciento del dinero ($3 millones 250 mil) fue entregado por adelantado y luego se pactó el pago semanal de $500 mil hasta el término de la obra. 

“Las primeras semanas no hubo problemas. Él se presentó con otros dos trabajadores y la obra avanzaba, sin embargo, luego vinieron las excusas para faltar, primero dijo que había tenido una falla en su camioneta y luego que estaba enfermo”, indica. 

Transcurrido un tiempo, ella decidió que en vez de cancelar 500 mil pesos semanales sólo entregar 400 mil considerando que la obra no tenía avances, propuesta en la que estuvo de acuerdo el “maestro”. 

Sin embargo, luego, según la afectada, comenzaron las amenazas de parte del maestro quien le decía que dejaría la obra botada. Así, el sábado 18 de noviembre se cumplió el plazo pactado. Ella reconoce que no le pagó finalmente la suma de 850 mil pesos pero agrega que la obra quedó paralizada en un 50 por ciento y que con ese dinero es prácticamente imposible que algún otro maestro la finalice.

Ella fue a la casa del “maestro” y le exigió la devolución del dinero y él le respondió que sólo lo haría a través de carabineros. Consultó en un retén, donde le dijeron que no veían ese tipo de casos. Hoy dice estar desesperada porque la construcción está a medias y que incluso podrían robarle. 

La afectada dice que está disponible para recibir ayuda legal u otra para ver la forma de recuperar el dinero o de concluir la obra. Para contactos, informó, está su celular,  +56 958626173.

Este es el contrato que firmaron las partes involucradas

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