• El día jueves pasado se reunieron más de 150 agricultores de la región para discutir la reforma al código de aguas.
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Más de 150 agricultores de Rapel, comuna de Monte Patria, se reunieron para analizar los avances respecto a la Reforma al Código de Aguas en el senado y se mostraron preocupados por la actitud de autoridades y parlamentarios que no han considerado las propuestas de los regantes.

En  un encuentro organizado por la Junta de Vigilancia de Río Rapel, los agricultores del sector pudieron conocer y analizar en detalle la propuesta de ley que modifica el Código de Aguas y que se encuentra en discusión en las comisiones del Senado.

A la reunión asistieron más de 150 empresarios del agro en Monte Patria, una concurrencia importante que pone de manifiesto el interés y preocupación que ha concitado la reforma entre los actores de la industria.

LAS CONSIDERACIONES DE LOS AGRICULTORES

Durante el encuentro, el presidente de la Junta de Vigilancia de Río Rapel, Onofre Juliá, destacó que la alta convocatoria que se vio permitió contar con una base sólida para poder hacerle ver a los parlamentarios que es importante considerar sus observaciones para generar un cambio, o bien que derechamente se detenga la modificación al Código de Agua. “Esto nos permitirá realizar una convocatoria grande con la presencia de los parlamentarios para que expliquen sus argumentos, porque nosotros tenemos razones muy potentes para pedir que esto no siga y que se respeten nuestros derechos permanentes”, detalló.

En tanto, Eva Morgado, pequeño agricultor y regante de canal Molino Juntas Barrancas Blancas de Rapel, explicó su preocupación por la reforma. “Nuestros ancestros nos dejaron esta fortuna que es el agua y la hemos cuidado de por vida, nosotros no queremos que nos vengan a administrar el agua porque nosotros somos sustentables. La Junta de Vigilancia funciona y así ha sido de por vida, no derrochamos el agua y se distribuye de manera justa del más pequeño al más grande”, agregó.

EL LLAMADO A LOS PARLAMENTARIOS

Con todo, los regantes insistieron en la importancia que tiene que los parlamentarios recojan sus inquietudes para lograr un acuerdo entre todas las partes. En este sentido, José Antonio Bou, regante y agricultor de Rapel, cree que se ha dejado pasar el tiempo con este tema. “Se ha avanzado rápido, sin considerarnos  y pone en riesgo la agricultura, actividad que genera mucho empleo en la región; la minería se cae y la agricultura sigue funcionando”, indicó. El empresario agregó que se está metiendo la mano a un activo que es fundamental que va a repercutir enormemente. “Yo propongo que los diputados y senadores que han estado presente exponiendo otros temas, presenten la cara hoy en día y que conversemos en una asamblea sobre esta reforma y bajen la suma urgencia. Debemos hacer una invitación pública a través de los medios de comunicación para que se sepa y que si no vienen sepamos quiénes son ellos. Es necesario que cumplan con representarnos y responder a nuestras preocupaciones”, precisó Bou.

LOS COLETAZOS DE LA ENTREVISTA DEL DIRECTOR DE AGUAS

Por otra parte, molestia generaron declaraciones del Director General de Aguas, Carlos Estévez en una entrevista a Diario El Día, donde señaló que los agricultores han dicho “frases al voleo, sin fundamento y que invitan al engaño” y que no han leído en detalle la reforma al Código de Aguas.

Uno de los aludidos en su entrevista, Rodrigo Weisner, abogado experto en legislación de aguas y ex Director de la DGA en el gobierno anterior de Michelle Bachelet, recalcó que los agricultores tienen argumentos sólidos para estar preocupados. “Decir que se han dicho frases al voleo es un juicio de valor. Todo lo que es infundado y mentira, son juicios de valor y uno puede estar en contra o a favor, según su estado de ánimo. Si es de juicio de valor, la discusión no tiene sentido. La pregunta relevante es si existen normas en la reforma al código de aguas que a los agricultores pueda preocuparles o no debieran tener ninguna preocupación. Y lo que los agricultores han hecho en talleres de trabajo es analizar las normas y algunas las han encontrado buenas y están de acuerdo y otras las encuentran malas y les preocupan”, señaló Weisner.

EL DESCARGO DE WEISNER RESPECTO DE LOS DICHOS DE ESTÉVEZ

El abogado explicó que un ejemplo de las normas buenas es la consagración de los glaciares como bienes de uso público, la facilitación de los permisos para los sistemas de agua potable rural para regularizar sus derechos, y la tramitación para la regularización de los derechos inmemoriales del segundo transitorio sea sólo una tramitación administrativa y no judicial.

Y agregó que las cosas negativas son las imprecisiones y errores que tiene la reforma que son errores académicos, tienen problemas de redacción. “Hay una norma que impide a las personas que tengan litigios pendientes sobre extracción ilegal de agua, solicitar cambios de puntos de captación. Esa norma está mal redactada, porque esa norma pretende castigar a los que usurpan agua. Pero como está redactada, debo tener un litigio pendiente como demandado y demandante, entonces si yo demando, si alguien que me está robando agua voy a ser castigado por tener un litigio pendiente. Esto demuestra que no hay un problema de desinformación, que no tiene que ver con una campaña del terror o mala fe, sino que hay un problema de técnica legislativa”, afirmó el ex director de Aguas.

LAS PREOCUPACIONES DE LOS AGRICULTORES

Más aún, el ex Director de la DGA, Rodrigo Weisner, profundizó las preocupaciones de los agricultores. “Hay un problema más grave: el artículo 1º transitorio que dice que los derechos constituidos reconocidos a la fecha de la publicación de la ley, mantendrán el carácter de perpetuidad y eso deja una duda que no ha sido respondida por el gobierno. ¿Qué pasa con los derechos que serán reconocidos después que entre a regir esta ley? Esa es la duda. Como se van a regularizar los derechos, como derechos temporales o derechos perpetuos y la redacción de la norma da para decir cualquiera de las dos interpretaciones”, dijo.

Asimismo, el también abogado precisó que “más allá de los juicios de valor, aquí hay preocupaciones y uno espera del gobierno que se hagan cargo de ellas”.

Rodrigo Weisner puntualizó en que la reforma de 2005 con la ley 20.017 dejó un estándar bien alto con un cambio bien profundo sobre la regularización de las aguas y esa reforma se aprobó con la unanimidad del Congreso. “No hubo ni un solo voto en contra y se generó un consenso. Y los agricultores estuvieron de acuerdo, las empresas mineras estuvieron de acuerdo, la izquierda, la derecha y el centro estuvo de acuerdo y todos celebraron. Entonces no sé si el gobierno quiere celebrar una reforma con mayoría simple y considerarla un éxito. Más bien es olvidarse de la historia de las reformas”, finalizó.

“Hay normas que están mal redactadas y ellas deben revisarse con urgencia”. Rodrigo Weisner, ex director de Aguas.

2005

fue la última vez que se realizó una reforma al Código de Aguas. Ahora, se pretende hacerlo nuevamente.

 

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