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Lautaro Carmona
Si bien no todas las actividades pueden adaptar sus estructuras a esta modalidad, en aquellas ocupaciones que sí han apostado por esta forma de trabajo remoto se han podido superar ciertos paradigmas, como son las limitaciones por espacios físicos, permitiendo, entre otras cosas, ampliar el rango de trabajo a espacios laborales de mayor alcance y con más cantidad de participantes.

El 1 de abril pasado entró en vigencia en todo el país la Ley de Teletrabajo y Trabajo a distancia.

La propagación del coronavirus en Chile, que comenzó con los primeros contagios en marzo, fue sin duda el principal impulsor para la discusión y posterior aprobación de la norma, la cual se hallaba estancada en el Congreso desde 2018. 

En simple, esta modalidad permite que los trabajadores que laboren bajo ese sistema, puedan hacerlo en un lugar diferente al de sus oficinas o puestos de trabajo. Para ello, se aprovechan las nuevas tecnologías de la información y de comunicación que hoy están disponibles.

En ese sentido, y ante la extensión de la pandemia en el tiempo, el teletrabajo se ha ido asentando en muchas empresas como una opción factible de ser implementada, aún incluso después de la pandemia. En efecto, en noviembre pasado, una encuesta realizada por la consultora de recursos humanos, Randstad, a más de 400 tomadores de decisiones de firmas de diferentes sectores en Chile, y consignada por Diario La Tercera, señalaba que el 75% de las empresas planea mantener la modalidad de teletrabajo una vez finalizada la pandemia.

En la Región de Coquimbo, si bien no hay cifras exactas de cuántas personas se encuentran acogidas a teletrabajo, estimaciones disponibles al menos hasta noviembre de 2020, indican que un 22,7% de los trabajadores se encontraba haciendo trabajo remoto, es decir uno de cada cinco.

Y si bien la mayor parte de los empleos por sus características no pueden reconvertirse en una modalidad a distancia, los cambios que ha implicado el teletrabajo son significativos en la estructura productiva.

Trabajo “sin fronteras”

Sectores como la enseñanza, el comercio (en su versión digital por ejemplo), comunicaciones, administración, operaciones financieras y otras actividades profesionales, aparecen como las más beneficiadas con la llegada del trabajo remoto.

En ese sentido, el director de la Escuela de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica del Norte (UCN), Pablo Pinto, señala que si bien es cierto, el teletrabajo se masifica con la llegada del coronavirus, éste también viene impulsado “producto de cambios probablemente en la infraestructura productiva, que obliga a algunos sectores a irse adaptando a eso y a modificar sus formas de trabajar”.

Pero entonces, ¿cuál ha sido el principal efecto que ha generado el trabajo a distancia en el mundo laboral y en el propio estilo de los trabajadores que están bajo esta modalidad? A juicio del académico de la UCN, se ha roto un paradigma: “esto de las fronteras físicas se ha ido eliminando, y por tanto, se incorporan otras personas al trabajo a distancia. De hecho, uno podría a esperar a futuro que aumente la competencia respecto a algunas posiciones en el mercado laboral, pues por ejemplo, ya no habría que buscar trabajadores en los lugares físicamente aledaños a los empleos, sino que éstos, podrían estar en otras regiones, e incluso en otros países”.

Esta característica además, puede repercutir positivamente en los equipos de trabajo, pues a juicio de María Jesús García-Huidobro, gerente de marketing del portal de búsqueda de empleo Laborum.com, se sumarían “una diversificación de experiencias y talentos que pueden llegar a unirse al equipo que antes, por la proximidad, era imposible”.

A la oficina sólo algunas veces

Esta suerte de “descentralización” del trabajo es justamente lo que ha motivado a muchas empresas a mantener el teletrabajo como permanente, tal como señalaba la encuesta de Randstad citada anteriormente.

Así lo indica García-Huidobro, quien señaló que “muchos colaboradores han visto plausible la posibilidad de no solo trabajar en su hogar, sino completamente alejados de las dependencias de la empresa”, explica.

“Muchos empleadores llegan a acuerdos de ofrecer la modalidad de teletrabajo y solo en ocasiones especiales requerir la presencia del trabajador, por lo que incluso bajo esa opción hay personas que pueden planificar un viaje hacia las oficinas para temas puntuales”, subrayó la ejecutiva.

A su juicio, esta característica genera que el teletrabajo sea una opción altamente valorada por el trabajador “cuando se implementa de la manera adecuada y con las herramientas de trabajo requeridas para realizar la labor”, pues en muchos casos, dice, “les permite una mayor flexibilidad para compatibilizar su vida diaria con el empleo y por ende mejorar su calidad de vida”.

Para el académico de la UCN, Pablo Pinto, está claro que el teletrabajo “cambió la forma de operar en algunas actividades. Es una modalidad que viene para quedarse y que sin duda, va a impactar en las mediciones que nosotros hacemos del mundo del trabajo”.

¿Espacio privado o público?

Sin embargo, el transformar los hogares en “nuevas oficinas” ha traído aparejado un costo para el trabajador que en más de una oportunidad, ha jugado en contra de éste.

Mayor cansancio, irritabilidad, ansiedad, y agotamiento en general, son algunos síntomas que varios trabajadores vienen manifestando prácticamente desde la misma instalación de la modalidad de trabajo a distancia en marzo pasado, un fenómeno que en las mujeres trabajadoras es además, más fuerte, debido a la carga familiar y del hogar que ellas tienen que sobrellevar. ¿Por qué?

Según el académico de la UCN, Pablo Pinto, uno de los elementos esenciales de las sociedades modernas es haber separado lo que son los diversos espacios en que las personas desarrollan sus vidas: trabajo, familia y esparcimiento, cada uno, por separado.

Sin embargo, “cuando esas tres actividades tienen que realizarse en un gran solo lugar aumentan el cansancio, la sensación de agobio y de angustia. De manera que no es extraño que muchas personas, pese a que en términos de horarios, pueden haber trabajado las mismas horas que declaraban cuando estaban en un sus fuentes laborales, al trabajar las mismas horas desde el hogar tienen la percepción de un trabajo más arduo y duro, y que no logran separar esos tres espacios”, explicó.

Esta es, quizás, una de las grandes desventajas del teletrabajo que además, se traduce directamente en la salud mental de las personas, pues los límites y horarios de trabajo terminan flexibilizándose y muchas veces, extendiéndose, evitando así la existencia de rutinas equilibradas.

En ese sentido, el seremi de Trabajo, Matías Villalobos, valoró que esta ley “llegara en el momento oportuno, pues vino a regular y a enmarcar con reglas claras una forma de trabajo moderna y que abre nuevas oportunidades a los trabajadores y trabajadoras del país. Y es que si bien modalidad de trabajo ya existía, era desconocida y con falta de regulación, pues con esta normativa se regulan las disposiciones contractuales, horarios y jornadas y se delimitan las obligaciones de los empleadores y responsabilidades de los trabajadores insertos en esta modalidad”, afirmó.

 

Sector inmobiliario atento

Una pequeña muestra de los efectos “descentralizadores” que ha generado el teletrabajo en el último tiempo es la decisión de mudarse que han tomado algunos trabajadores –fundamentalmente profesionales jóvenes- a destinos fuera de las ciudades en donde se ubican sus empleos. Por ejemplo, desde Santiago hacia algunas regiones, y La Serena y Coquimbo están liderando entre esos destinos favoritos.

Y dado que serán muchas las empresas que seguirán manteniendo el teletrabajo como modalidad laboral, esta era la oportunidad para dar el paso. A ellos se sumó además, un costo de la vida cada vez más alto en la capital en comparación con los precios observados en regiones.

Y eso ya se está reflejando en las cifras, por ejemplo en la venta de propiedades usadas, la que creció en un 60% en el último trimestre de 2020.

Claudia Castro, gerenta de Clasificados de Yapo.cl., explicó que durante este último periodo “observamos una tendencia de recuperación en el mercado inmobiliario, particularmente en zonas como Coquimbo. Precisamente en ésta vimos un importante alza de 60% en la venta de propiedades respecto al trimestre anterior, siguiendo un fenómeno que hemos detectado durante estos últimos meses, donde mucha gente se ha trasladado a la zona gracias a las facilidades del teletrabajo y las ventajas de vivir en un lugar con precios más accesibles, además de los beneficios que conlleva vivir en una zona costera”, señaló.

 

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