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El presidente del directorio de la Organización de Usuarios del Agua, Pelayo Alonso, afirmó que las conclusiones del estudio del Centro de Producción del Espacio de la Universidad de Las Américas, publicado en Suiza, difieren radicalmente de la realidad de la cuenca del río Elqui.

Hace unos días se publicó en Suiza un estudio desarrollado por el Centro de Producción del Espacio de la Universidad de Las Américas (CPE-UDLA), que arrojó una profunda desigualdad en la distribución del agua en Chile.

Las conclusiones alcanzadas por este trabajo son dramáticas: el 1% de los dueños de acciones de aguas concentraría el 79,02% del volumen total disponible en el sistema nacional.

“A su vez representa solo el 4,3% de los derechos de propiedad hídrica existentes. Vemos una desigualdad muy alta y una concentración muy alta de recursos hídricos”, indicó el geógrafo Juan Correa, uno de los autores del paper, en una nota citada por Diario La Tercera.

Las duras cifras sin embargo, llamaron la atención de los especialistas del mundo del agua en Chile: había algo que no estaba bien. Al ver las fuentes consultadas para estructurar el estudio, la explicación era simple: se utilizó una sola fuente -incompleta y poco representativa-  para obtener los datos de los titulares de Derechos de Aprovechamiento de Aguas (DAA).

El equipo de investigación de la UDLA tomó como única fuente el Catastro Público de Aguas de la DGA, registro que es muy poco representativo de la realidad chilena, pues excluye una proporción importante de la información que efectivamente describe la realidad nacional.

“Es un registro que excluye a gran parte de los pequeños agricultores, pues la mayoría no tiene perfeccionados sus Derechos de Aprovechamiento de Aguas, por el costo y burocracia que hacerlo involucra. Este catastro solo incorpora las acciones perfeccionadas, es decir, que cumplen con toda la normativa de titularidad de DAA” explicó Pelayo Alonso, presidente del directorio de la Junta de Vigilancia del Río Elqui y sus Afluentes.

“En el caso de la cuenca del río Elqui” -afirmó Alonso- “el agua que administramos se divide en 25.342 acciones, de las cuales el catastro sólo considera 8.693. Según este registro, 16% de los usuarios tendría 10 o menos acciones de agua, siendo que la cifra real es completamente inversa: el 87% de los usuarios del agua de la cuenca del Elqui son pequeños agricultores que poseen 10 o menos acciones de agua. Cuando un estudio se construye en base a datos así de incompletos y poco representativos, las conclusiones son indiscutiblemente erróneas. Si, además, el tema analizado es delicado, entonces ellas también pueden ser peligrosas”.

El estudio destaca que 71% del agua consumida en Chile se destina a “riego”. Sin embargo, ese parece ser uno de los principales usos del recurso, especialmente en un país con un extenso sector agropecuario. Esta cifra, sindicada como “alta” por la publicación, está en línea con las cifras que describen la situación mundial, y por debajo del promedio observado en América Latina y el Caribe.

Alonso se manifestó extrañado porque el estudio no incorpora la información de las Juntas de Vigilancia, organismos que administran el agua a nivel nacional y que conocen de primera mano la realidad hídrica de cada sector de Chile. “Para analizar la realidad de la situación del agua en Chile, tarea en la cual estamos embarcados como activos y responsables participantes, se requiere, al menos, una completa revisión de la información disponible” sentenció.

Actualmente, la Junta de Vigilancia del río Elqui y sus Afluentes desarrolla campañas informativas y de apoyo legal para que todos los titulares de Derechos de Aprovechamiento de Aguas de la cuenca del Elqui perfeccionen sus acciones, lo que les permitirá inscribirlos en el Catastro Público de Aguas.

 

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