• Se espera que esta próxima temporada de uva de mesa esté marcada por cierta recuperación respecto a la anterior.
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ALEJANDRO PIZARRO
Mientras los productores más grandes apuntan al recambio varietal de la fruta, apostando a la demanda internacional, los pequeños agricultores se han visto perjudicados por la falta de agua, ante lo cual, sus escasos rendimientos hoy día están dirigidos casi exclusivamente al mercado local y a la producción de pasas.e pasas.

Ad portas del inicio de la temporada 2020-2021 de uva de mesa en la Región de Coquimbo, las proyecciones que se hacen varían de acuerdo a la realidad que cada productor, grande o pequeño, ha debido afrontar.

Y es que, el que tradicionalmente ha sido uno de los productos de exportación estrella de la región, ha debido pasar una serie de dificultades durante los últimos años que han ido menguado, hasta cierto punto, su potencial productivo: la caída en el precio de la uva Flame, la aparición de nuevos competidores como Perú, un déficit en la diversificación varietal y, sobre todo, los graves efectos de la sequía durante más de una década, han sido los principales obstáculos que ha debido enfrentar el sector.

Al menos, la primera proyección que se hace para esta próxima temporada es más bien optimista: según el seremi de Agricultura, Rodrigo Ordenes, se espera una mejor calidad de la fruta y un mayor volumen, que oscila entre un 10% y un 15% más en comparación al 2019 – 2020, que presentó una disminución importante de un - 7,4%.

“En primer lugar, es importante destacar que a pesar del momento que enfrentamos, marcado por una intensa sequía y el coronavirus, los procesos productivos de la agricultura se han mantenido en constante desarrollo, logrando cumplir con éxito sus etapas de exportación”, señaló la autoridad.

“No obstante”, afirmó, “estamos confiados en que esta etapa arrojará positivos resultados para nuestros productores, básicamente gracias al clima que se ha presentado en la zona”.

Más variedad y cantidad

Para José Corral, directivo de la Sociedad Agrícola del Norte, SAN, el escenario en general de la temporada de uva de mesa viene bastante bien, pues desde Atacama a la Región de O’Higgins, existe una oferta de fruta importante. “Es un buen año, tenemos que esperar qué sucede en la región de Coquimbo con el déficit hídrico y analizar si eso produce bajas en los potenciales rendimientos que hasta ahora son buenos”, señaló.

No obstante, el profesional señaló que Chile está bastante diversificado en cuanto a las variedades, “lo que permite un potencial importante de buena fruta y diversas variedades que el mercado solicita. Las temporadas europeas y americanas han sido buenas, Europa tiene hasta diciembre fruta, pero los inicios de temporadas estuvieron retrasados, tema que no tendremos en Chile, porque estamos en los tiempos correctos”.

De hecho, en línea por lo expresado por el seremi, a juicio del directivo de la SAN, la región cuenta con “fruta sana”, en el sentido de que se observa un buen comportamiento por falta de lluvias que no estropeó los brotes.

En ese sentido, afirmó que “hasta enero se esperan cosechas en Estados Unidos y también es importante señalar que existe entre un 5 y 8% menos de fruta que la temporada pasada en Norteamérica. Los mercados están sanos, tenemos mejores precios que la temporada pasada y lo que esperamos es que en nuestro país no esté afectado por los rebrotes de Covid-19 y pueda seguir el esplendor de las frutas chilenas como lo hemos vivido con los cítricos y paltos que poseen un buen rendimiento y solicitudes externas”.

Apuesta por nuevas variedades

En efecto, Bruno Espinoza, productor de la localidad de Diaguitas, en el valle del Elqui, junto con rescatar la estabilidad de los campos para la producción de la fruta  -“que es al final un aliciente para el productor”- destacó que para esta temporada las estrellas sin duda serán las nuevas variedades de uvas patentadas. ¿El objetivo? Obtener mejores resultados.

“Todas las variedades patentadas son las que tiene mayor posibilidad de una venta ´segura´. En cambio las variedades que no son patentadas, en este caso variedades que eran las antiguas y tradicionales Red Globe, algunas Superior o Seedless, están en retirada y el mercado ya no las está mirando con buenos ojos”, comenta.

En ese sentido, la temporada debería comenzar en el norte con la variedad Prime, para posteriormente seguir con las Ralli y algunas Flame sobrevivientes, tras lo cual, vendrían la producción de Midnight Beauty, Timpson, Sweet Globe, Timco, Allison y Autumn King.

De hecho, se espera que durante la temporada el volumen final exportado por Chile fluctúe entre las 80 y 90 millones de caja de uva.

“Estamos con optimismo, seguimos trabajando al 100%, extremando todas las medidas en términos de inocuidad  a nuestra gente, y bueno, esperamos que sea una gran temporada para los de la Región de Coquimbo, que este es el gran volumen inicial que tiene Chile al mercado exterior”, expresó.

El agua y los pequeños productores

Algo menos optimista es la visión de los pequeños productores de uva.

Y es que los largos años de sequía, sumado a otros factores descritos al inicio de esta nota, así como su menor capacidad financiera para costear un proceso de reconversión varietal, los tienen reducidos a su mínima expresión.

De hecho, muchos de ellos han renunciado a la exportación y hoy se enfocan principalmente al mercado nacional.

Floridor Solar, agricultor de la localidad de Los Tapia, en el valle del río Huatulame, en la comuna de Monte Patria, señala que hoy “nuestra producción de uva está enfocada solamente para el país, mientras que lo demás se va para producción de pasas”.

Productor de uva Thompson, Solar calcula que en la zona, es muy probable que se termine exportando menos del 30% de los volúmenes de uva que se enviaban antes y  reitera que para ellos la reconversión a nuevas variedades ha sido imposible “pues se requieren de muchos recursos, ya que se necesita sacar las parras, comprar plantas, cambiar el sistema de riego y todo ello es una inversión que para el pequeño agricultor está fuera de su alcance”.

Además, el factor hídrico es otro problema. “En esta zona la sequía es muy grande, y si bien llovió, fue muy poco, por tanto, poca agua entró a los embalses como el Cogotí. Y esa falta de agua nos perjudica, porque no calificamos para exportar y además, no nos dan los números para hacerlo. Eso requiere inversión, pero después los retornos son malos”.

El factor Pandemia

Pese a las dificultades que en terreno como en el mercado internacional ha impuesto la pandemia del coronavirus, se destaca que la actividad agrícola en el país ha seguido en pleno funcionamiento.

Sin embargo, la pandemia será un punto decisivo a tener en cuenta al momento de calcular los resultados de la industria, ante lo cual, según reconoce el seremi de Agricultura, Rodrigo Ordenes, la situación internacional puede ser bastante más compleja.

“Un factor importante, que no podemos olvidar es el comportamiento de los mercados y su recuperación económica postpandemia, además de los requerimientos de los consumidores en términos de tipo de frutas, ya que producto de la pandemia existe un cambio de hábitos en el consumo de frutas y alimentos”, sugirió.

En ese sentido, el productor Bruno Espinoza prefirió no aventurarse con proyecciones o números específicos, pues señaló que, “esta es una ruleta rusa. No como se va a comportar el mercado al momento que comencemos a trabajar con la fruta”, explicó.

 

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