Luego de meses de encierro absoluto, y un actual encierro parcial, cambiante y dinámico, surge la opción de tomarse un descanso y disfrutar de las áreas naturales que tiene el país. Un paseo a la montaña, a un parque nacional o a un sendero, suena, como una opción atractiva para descansar, recuperarse y hacer deporte. Más ahora, con la llegada del buen tiempo y esta invitación a tomarse permisos de vacaciones. Sin embargo, las condiciones sanitarias nos invitan a aumentar nuestras medidas de precaución. Demás está decir todas las medidas necesarias para protegerse del coronavirus, no entenderlas o no aplicarlas, a estas alturas guarda más relación con la disposición y el respeto que con un aspecto técnico.  Me refiero a otras precauciones. Llevamos meses encerrados e independientemente de que hayamos entrenado en casa, no podemos pretender que nuestra condición física, nivel de resistencia, reflejos y otros, sean los mismos que hace un año. Por lo mismo, debemos comprender que un accidente hoy, a diferencia de hace un año, implica la movilización de sistemas de rescate, el uso de recursos médicos, camas, ambulancias y personal de salud que, en este momento, son necesarios en otra parte. No se trata únicamente de no contagiarse, sino que se trata también, de disminuir el uso de estos recursos escasos. La invitación, entonces, es a respetar los protocolos, pero también a partir de a poco, a entender nuestros nuevos límites físicos, comenzar con metas intermedias y, definitivamente, no intentar una gran hazaña deportiva. La contratación de guías registrados es una de las recomendaciones más importantes al momento de evitar un accidente o un extravío, así como tener conciencia de la situación de nuestro personal de salud.

 

Pablo Rebolledo DujisinDirector Administración en EcoturismoUniversidad Andrés Bello

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