En medio de los afanes de la última semana de campañas municipales y cuando los candidatos en todo el país se esfuerzan por transmitir sus ideas y proyectos  al servicio de sus comunas, ha pasado a un segundo plano un tema que no deja a nadie indiferente, que es el proyecto sobre el aborto que ha presentado el Ejecutivo y que se  ha transformado en una de sus banderas de lucha, a pesar del fuerte rechazo que ha encontrado en muchos parlamentarios y también en importantes sectores de nuestra sociedad.El tema genera opiniones muy divergentes, porque está vinculado con uno de los derechos más fundamentales del ser humano:  el derecho a la vida y en este caso, el derecho a vivir del ser humano más indefenso, aquel que está en el vientre materno y que no tiene más opción, excepto que sea justamente su propia madre que lo concibió quien luche por él hasta el momento que lo pueda dar a luz.El Gobierno y sus parlamentarios han usado argumentos en defensa de este proyecto, que pone los derechos de la madre de disponer a voluntad de su cuerpo, por sobre la opción de la vida del que aún no ha nacido y que no tiene forma alguna de defenderse, que es precisamente aquello que nosotros estamos defendiendo.Es por eso que en este contexto, ha sido profundamente emotivo volver a releer en un medio de comunicación, una carta firmada por un importante grupo de los mineros que hace unos años fueron rescatados con vida después de 70 días sepultados bajo tierra en la Mina San José. Ellos, que vivieron en carne propia la terrible experiencia de saber que podían morir si  aquellos que estaban afuera no luchaban con todos los medios para retornarlos a la vida, levantaron sus voces para pedirle al Gobierno, a sus legisladores y a todos los chilenos, que sigamos protegiendo el derecho a la vida, especialmente la vida de los que no tienen voz.Desde su impactante experiencia, ellos han apelado a que los chilenos, con la misma fuerza que apoyaron  su retorno a la vida, no permitan que “en Chile se promulguen leyes que atentan contra la vida”…y ellos tienen la experiencia moral para hacernos esta petición.  

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