Hace unos días, la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado aprobó con 3 votos de los senadores de la Nueva Mayoría, la idea de legislar para el proyecto que despenaliza la interrupción del embarazo en tres causales: violación, riesgo de vida de la madre e inviabilidad fetal. Luego de este proceso, el proyecto ya se encuentra en condiciones de ser votado en la sala del Senado para su aprobación.La votación estuvo marcada por un intenso debate entre el oficialismo y la oposición, dado que como oposición estimamos que esta iniciativa vulnera el derecho a la vida garantizado a todos los chilenos en nuestra Constitución, por lo tanto estamos precisamente cuestionando la constitucionalidad de la medida.  Este proyecto está siendo fuertemente impulsado por el Gobierno,  desde que ingresó en Enero del 2015 a su primer trámite en la Cámara de Diputados y nuestra oposición está sustentada en que estimamos que el proyecto desconoce la dignidad del ser humano que está por nacer, privándolo de su derecho humano más fundamental, que es el derecho a la vida.Quienes estamos por el derecho a la vida, estimamos que el aborto para embarazos complejos  no puede ser la única solución que ofrezca el Estado a la mujer y desde esa perspectiva, senadores de Chile Vamos han presentado un Proyecto de Ley de Acompañamiento a la Maternidad,  que busca proteger a la madre y al niño que está por nacer, cuando se enfrentan embarazos complejos o vulnerables,  resguardando  la maternidad integralmente; no sólo desde el punto de vista de la salud de la madre, sino también del niño que está por nacer.Esto significa plantear  un sistema de protección antes, durante y después del parto, que permita ayudar a la madre a enfrentar  los problemas que pueda tener el embarazo y salvar la vida del ser que está en su vientre.  En este escenario, compartimos plenamente lo expresado por el Senador Larraín, en el sentido de que nos parece que “ese es el camino humano que busca resolver en defensa de la vida”Estimamos que  este proyecto del Gobierno, al carecer de esta protección para la madre,  está buscando “la solución más cruda, más dura y quizás la menos humana”. La invitación es a respaldar un sistema integral de protección y de acompañamiento, obligando a los órganos de la administración del Estado, dentro del ámbito de su competencia, a elaborar e implementar políticas con perspectiva de maternidad, destinadas a garantizar su pleno derecho a la vida a toda mujer embarazada y al que está por nacer.  

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