Se ha cumplido un año desde el terremoto y maremoto que afectó a nuestra región el 16 de septiembre del 2015. Fueron momentos de gran angustia. Luego, el dolor de la pérdida de seres queridos, viviendas y enseres. El esfuerzo de toda una vida arrebatado en minutos por la tierra y el mar.

También se vivió la inquietud por la destrucción del empleo y fuente de ingresos, especialmente en el comercio y la pesca artesanal. Ello agravaba aun más el panorama de una región que apenas tenía un respiro en medio de una aguda y larga sequía.

Pude apreciar en las horas siguientes, recorriendo la zona, el enorme temple y coraje de nuestra gente. Muchos hombres y mujeres, con graves dificultades, no dejaban de agradecer haber salvado con vida y comenzaban ya a limpiar y disponerse a reconstruir lo perdido.

Después de doce meses se aprecian avances. Nuestro país ha ido generando una capacidad para enfrentar estas emergencias e impulsar las soluciones. Ya hacia el verano reciente se había repuesto en buena parte el quehacer productivo, tan necesario para normalizar las actividades. Ahora esto es todavía más nítido. Pese a que en la costa, la naturaleza volvió a azotar con crudeza, con violentas marejadas.

En cuanto a las viviendas hay grados diversos de avances. Depende de la magnitud del daño, el tipo de reparación y el lugar, pues ello influye en el tiempo de respuesta. Siempre se quisiera ir más rápido, pero muchas veces hay procedimientos administrativos que tienen que cumplir etapas.

Lo mismo puede decirse de las obras de infraestructura y renovación urbana que se requieren en los sectores más golpeados, tanto para desplegar obras que eviten la repetición de fenómenos similares en el futuro, como para recuperar la conectividad y atractivo comercial.

Ha sido una experiencia dura. Es tiempo de recordar a quienes perdieron la vida en esta tragedia. También la solidaridad de tantos, en todo el país. El Gobierno ha comprometido continuar adelante de forma de que la reconstrucción concluya cabalmente. Es lo que nuestras ciudades y vecinos merecen.

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