En estos últimos 2 meses hemos visto como la “Regionalización” ha quedado definitivamente en segundo plano. Primeramente, nadie reclamó por la forma como la provincia del Choapa fue despojada de uno de sus representantes a propósito de la elección del reemplazante del ex diputado Jorge Insunsa. Sin tener nada en contra del Dr. Alvarado y de quienes participaron en la referida elección, me parece increíble que se haya realizado una elección donde todos sabíamos que el resultado estaría determinado por la votación de las 3 grandes urbes de la región, como lo son la Serena, Coquimbo y Ovalle. La representación popular, base fundamental de la democracia quedó menoscabada por este acto arbitrario. Por otra parte, luego de un prolongado tiempo de rumores, se produjo el cambio de la primera autoridad regional. Tampoco tengo nada en contra del nuevo Intendente, pero me hago la pregunta de si acá en la zona no había nadie más capacitado para asumir el cargo?. 
Hubo que traerlo de Santiago para que asumiera este desafío. Definitivamente el centralismo sigue mandando. Creo que estas señales son pésimos antecedentes para empezar a construir Región. Después de esto, debemos estar alerta de lo que pueda pasar en el futuro, porque en caso contrario seguiremos siendo un complemento de la capital y nunca podremos tener la identidad regional, que si se está dando en otras regiones del país como ocurre en Magallanes, Arica y Parinacota o en la región de Los Ríos. Debemos estar atento y todos y cada uno de los que creemos que la Regionalización es el pilar fundamental para el crecimiento económico, cultural y social de quienes no vivimos en Santiago, debemos alzar la voz y transversalmente trabajar en este proyecto indispensable para mejorar la calidad de vida de todos los que residimos acá, desde Chillepín a Punta Colorada o desde Las Breas hasta Caleta El Toro. Ojalá este sueño no se desvanezca en el tiempo, porque el futuro de nuestros hijos y nietos tiene que estar en la Región y no en Santiago. No nos quedemos de brazos cruzados y logremos que en definitiva nos creamos el cuento y fortalezcamos nuestra identidad regional, para que esta sea el eje central de nuestras convicciones.
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