Miguel de Cervantes  Saavedra, murió hace 501 años. Precisamente el 22 de abril del año 1616. Su obra más famosa, El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, ha sido, es y será leída, ya sea en las obligaciones de la Educación Media, como en los muchos lectores por todos los tiempos. Como un regalo para mis leales y esforzados seguidores, les entrego  algunos dichos o frases ingeniosas, que son más bien como refranes. Es para el deleite de ustedes y un llamado a la reflexión personal. Es bueno que de vez en cuando nos miremos a nosotros mismos y nos hagamos algunas preguntas, aunque sean difíciles de contestar. Hagan la prueba, total, todo queda entre su conciencia y ustedes. No metamos al ego en este cuento. Dicen que los refranes son evangelios pequeños, porque dejan la marca de una reflexión posterior y naturalmente una enseñanza. Ahí van algunos. “La gente bien nacida es agradecer los beneficios que reciba; Cada uno es artífice de su propia aventura; Confía en el tiempo que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades; No seas ni siempre riguroso ni siempre blando; El valor reside en el término medio entre la cobardía y la temeridad; Qué locura y qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías; La alabanza propia envilece; Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma; En la lengua consisten los mayores daños de la vida humana; No desees y serás el hombre más rico del mundo”. Y, tanto ustedes como yo, mis estimados lectores, no cometamos el error de mirar a otros y pensar que “les pegan en los cachos”. La idea central, como digo más arriba, es que nos preguntemos. ¿Qué me dicen a mí estas frases? Una práctica de enriquecimiento personal “a solas” siempre es bueno para el alma y puede ser que con ellas se pueda modificar para mejor, el comportamiento que tenemos.  Atrévanse. 

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