Señor Director:
Hace pocos días, el 5 de abril de 1818, celebramos los 200 años de la Batalla de Maipú, la Gran Batalla, que selló definitivamente la Independencia de Chile. Después de ese triunfo patriota, no hubo vuelta atrás, pero, algo no menor, quedaría pendiente: Sólo 8 años después, en 1826, se lograría derrotar al último bastión realista que se mantenía en la Isla de Chiloé.
Extrañamente, esta Isla casi tan grande como los países de Chipre o Puerto Rico y más grande que Brunei y Trinidad Tobago o el Estado de Palestina, se caracteriza por no mantener la presencia de una unidad militar y de eso ya han transcurrido 192 años. Pese a lo anterior, gran parte de su población ha cumplido con su Servicio Militar en unidades del Continente.
Últimamente, la presencia del Ejército de Chile ha estado marcada por el Regimiento de Infantería N°12 “Sangra”, con guarnición en la ciudad de Puerto Varas a través de los ciudadanos chilenos de esa isla que se han incorporado voluntariamente al Servicio Militar.
Finalmente, todo aquello es una decisión política que, algún día -esperemos, más pronto que tarde- se podría convertir en una realidad. Un paso necesario para afianzar con más fuerza nuestro territorio y nuestra Unidad Nacional. Algo que en estos días -con preocupación y con una fuerte crítica al Ejército de Chile- nos recordaron los habitantes de Chaitén, quienes hace 10 años, el 01 de mayo de 2008, sufrieron los devastadores efectos del volcán del mismo nombre.
Christian Slater Escanilla.
Coronel en retiro del Ejército de Chile.