La solución encontrada para comenzar la construcción del Centro de Diagnóstico y Tratamiento, CDT, del Hospital de La Serena, durante el próximo año, es una muy buena noticia para la región.
Se trata de una iniciativa que se ha postergado ya inexplicablemente por casi una década y que con el esfuerzo conjunto de parlamentarios, autoridades nacionales y regionales, gremios de la salud y organizaciones sociales podremos empezar a concretar.
No fue fácil. A diferencia de años anteriores, donde había holguras financieras en el Estado por el alto precio del cobre y el mayor ritmo de crecimiento económico -y aún así no se avanzó- esta vez las finanzas públicas son muy estrechas. El presupuesto 2016 contempla un incremento muy bajo, concentrado en educación, con el objeto de cumplir la promesa de gratuidad contenida en el programa de Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, tanto a nivel escolar como superior.
Ello obligó a analizar y buscar fórmulas, hasta dar con una, que se ha utilizado en otras situaciones en regiones y que implica un financiamiento compartido entre el nivel central y el local, en que el CORE aporta los recursos iniciales.  
Como lo señaló el Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, al informar del decreto que pone en marcha el proceso al haberse asegurado su financiamiento “estamos en un momento en que las platas no alcanzan para todo y de manera muy proactiva en la región decidieron también poner parte de los recursos que se requieren. Esto hace posible que sumadas a las platas que vienen del gobierno central, nos permiten hoy hacer este decreto que identifica este proyecto que ya puede comenzar”.
Esta conjunción de esfuerzos ha permitido reponer esta obra en la carpeta de inversiones del Ministerio de Salud. Gracias a los aportes de la región y el compromiso del gobierno central de financiar los años venideros se iniciará el proceso de licitación, con el llamado a concurso para la ejecución. Ello es muy valioso. Más aún en este momento en que muchas otras zonas del país reclaman la postergación de establecimientos asistenciales.
El calendario siguiente implica un plazo de aproximadamente seis meses para que los proponentes hagan consultas y entreguen sus ofertas, luego la calificación y evaluación de éstas y la posterior revisión del resultado por la Contraloría completan un año. Posteriormente, comienza la ejecución física de la obra, que siempre estuvo proyectada para unos 39 meses. 
Esto significa que el CDT estará completamente operativo alrededor del 2021. Es un tiempo largo. Eso ratifica la urgencia que significaba comenzar a partir del 2016 y buscar las alternativas necesarias para su financiamiento. Demorar era seguir postergando y, peor aún, mantener la incertidumbre. Comenzando ya avanzamos y, además, damos una señal clara de que la obra va. La región la necesita.
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