el cambio del equipo económico de la Presidenta Michelle Bachelet tuvo como una de sus razones principales, las diferencias en torno a la importancia del crecimiento económico para el desarrollo nacional. Algunos ministros, hasta la misma Presidenta, han relativizado la importancia de este factor, bajo las más diversas argumentaciones: un costo necesario al producir cambios estructurales, la necesidad de mayores impuestos o la consecuencia de un cambio en el sistema de pensiones, no afectar el medio ambiente.Uno de los problemas de fondo en esta discusión es que ha sido necesario volver a tenerla. Lograr que la economía crezca se había convertido en una premisa del desarrollo, aceptado prácticamente por todos. Durante la década de oro del crecimiento, entre 1985 y 1998, Chile no sólo logró utilizar sus potencialidades, sino que durante muchos años creció sobre el 5 o 7%, lo que permitió reducir considerablemente la pobreza y facilitar las oportunidades.Es necesario volver a ese consenso fundamental, no cómo fórmula economicista, sino precisamente porque el crecimiento económico es profundamente humanista: permite que las personas vivan mejor, como se ha probado en el caso chileno. Los resultados mediocres de los últimos años, las mediocres cifras de crecimiento nos debieran hacer pensar. Felizmente, comienzan a aparecer buenas señales.Una de ellas es la percepción ciudadana: la última encuesta CEP, dada a conocer este viernes 1° de septiembre, muestra que “el desarrollo económico” pasó ser la segunda prioridad de la población -después de “la delincuencia”-, con un visible aumento respecto de la última medición. Hace unos días el ex presidente Ricardo Lagos señaló escuetamente: “La primera tarea de Chile es crecer, todo lo demás es música”. Incluso el nuevo ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre prometió que “su prioridad será crecimiento, crecimiento, crecimiento”, declaración tardía y que no tendrá efectos, pero que apunta en la dirección correcta.Es probable que el tema del crecimiento económico sea una de las claves de las elecciones del 2017. Es necesario que sea mirado en su contexto, no como cifras aisladas y frías, sino como la posibilidad cierta de que los chilenos vivan mejor. 

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