Este domingo 23 de octubre se define en gran medida el futuro de Chile para los próximos cuatro años. Sabemos por la historia del país y por experiencia que lo más importante para progresar en la vida es el trabajo arduo, el esfuerzo por sacar adelante un proyecto particular o a nuestra familia,   la convicción de que en una sociedad libre hay movilidad social,  es posible salir de la pobreza y tener oportunidades que antes ni se sospechaban. Felizmente, Chile ha progresado mucho en las últimas décadas y los resultados están a la vista. Pero la elección del gobierno y autoridades políticas también es muy importante y requiere un compromiso activo de la población,  así como la participación a través del voto y de otras posibilidades presentes en la sociedad.  La elección comunal -de alcaldes y concejales- también es muy importante: ahí radica la atención primaria de salud,  una gran parte de la enseñanza básica y media, algunas decisiones para combatir la delincuencia o para fomentar una ciudad amable. Los partidos políticos y candidatos se han desplegado en las últimas semanas con propuestas,  rostros y eslóganes.  Ha habido menos propaganda que en otras ocasiones y sin duda menos interés. En esta ocasión, además,  muchos han declarado que no irán a votar, cansados de una política que hoy está desprestigiada y se espera un récord de abstención electoral. Si bien esa posición es respetable, los cambios no se logran por abandono de la lucha o por no votar. Una ciudadanía activa puede y debe promover transformaciones valiosas, cambiar una autoridad o revertir malas decisiones.  Pero eso requiere estar en la cancha, no mirar pasivamente cómo otros resuelven las cosas. Criticar tiene algún valor y sin duda cuenta con razones plausibles.  Todos querríamos tener una política de más nivel,  una coherencia mayor entre las promesas de campaña y las acciones en el ejercicio de los cargos. El destierro del populismo y la demagogia. Pero quedarse en la casa no resuelve el problema. Votar tiene consecuencias,  más todavía si vemos que en un día se deciden los próximos cuatro años de los gobiernos comunales.  Entonces,  a votar. 

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