Recientemente Cuba prohibió el ingreso de la exministra Mariana Aylwin, el ex Presidente de México Felipe Calderón y el secretario general de la OEA Luis Almagro. Ellos viajaban a la isla para la entrega de los premios de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, en memoria de Oswaldo Payá, el exlíder disidente fallecido hace algunos años en extrañas circunstancias.El efecto político más interesante, y que traspasa las fronteras, ha sido la declaración del 23 de febrero de un grupo de exjefes de Estado y de Gobierno de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA-Democrática), rechazando la prohibición de ingreso de esas figuras y manifestando “su malestar y rechazo ante la decisión del gobierno dictatorial de Raúl Castro”. Entre los firmantes hay líderes como Oscar Arias (Costa Rica, ex Premio Nobel de la Paz), José María Aznar (España), Vicente Fox (México), Álvaro Uribe (Colombia), y los chilenos Sebastián Piñera, Ricardo Lagos y Eduardo Frei Ruiz Tagle.. El tema de fondo, plantean estas autoridades, es que “el derecho al libre tránsito y circulación de las personas no puede restringirse sino en la medida indispensable, en una sociedad democrática, para prevenir infracciones a la misma ley o proteger la seguridad y el orden público; lo que no es del caso en las circunstancias que dieran lugar al inaceptable agravio del ex presidente Calderón, el secretario general Almagro, y la exministra Aylwin, a quienes les expresamos nuestra total solidaridad y acompañamiento”.Después de haber vivido un tiempo de ilusiones revolucionarias en los años 60 y una época de gobiernos dictatoriales en la región, América Latina llegó a un consenso democrático a fines del siglo XX. Por eso dictaduras como la de Castro en Cuba (que ya se acerca a los sesenta años de vida) o regímenes como el chavismo en Venezuela u otros que buscan perpetuarse, aparecen como excentricidades y manifestaciones de un pasado al que no hay que volver.Por eso el problema reciente planteado por el régimen cubano no es prohibir el ingreso de determinadas personas, sino la existencia de una larga dictadura que se levanta sobre su sociedad, niega el derecho del pueblo a elegir su destino y vulnera las libertades fundamentales.

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