La modificación a la ley electoral termina con el sistema binominal. El próximo Parlamento será elegido de acuerdo a un mecanismo más justo y proporcional. Ciertamente, eso es relevante y constituye el fin de un ciclo, ideado por la dictadura, para bloquear las decisiones legislativas.Sin embargo, el cambio aprobado también pretende aumentar la representatividad del Congreso Nacional, en materia de género. Hoy existe una enorme discriminación contra la mujer. Pese a la existencia de un amplio número de dirigentas sociales, por diversas razones, de índole cultural y económico, no logran llegar al Parlamento.Nuestra proporción de mujeres en el Senado y la Cámara de Diputados es extremadamente baja. Alcanza entre el 12 y el 15%. A enorme distancia del promedio continental, superior al 20%, y de algunas naciones americanas que llegan al 30%. Mucho más distantes están los países escandinavos que se acercan a la paridad.La ley que terminó con el binominal crea una cuota de género. Ningún partido o pacto podrá llevar en sus listas, por las siguientes cuatro elecciones, un porcentaje inferior al 40% de personas de un mismo sexo. Se busca así obligar a una mayor participación de mujeres. También se premia con más financiamiento a las colectividades que logren que sus candidatas sean elegidas.Con este objeto, tanto los propios partidos y también entidades gubernamentales, como PRODEMU, han comenzado acciones de preparación y apoyo a lideresas locales. Tenemos un enorme desafío en lograr que está modificación surta efecto y logre aumentar el número de parlamentarias.  

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