Pobres fueron los puntos tratados sobre esta materia en el último discurso del 21 de mayo pasado. De hecho, nuestra mandataria volvió a anunciar como gran titular la creación del “Ministerio de Ciencia y Tecnología” por segundo o tercer año consecutivo. Agregó algunos datos de fibra óptica y otras cosas más, pero lamentablemente nada relevante. 
Diferente fue en esta materia el Presidente Piñera, quien al dejar su mandato y haciendo un pequeño recuento de los avances realizados durante su gestión en esta materia, se pasó de un presupuesto de 197 mil millones, del global de CONICYT, a 275 mil millones, es decir, un incremento muy por encima de lo que es el crecimiento económico o el crecimiento del gasto público, lo cual reflejó con hechos concretos que las prioridades en la ciencia no estaban solamente en las intenciones. 
Asimismo, durante su gobierno se aumentaron en más de 52% los recursos del “Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico” y en materia de investigación científica nacional, creció de 48 mil a más de 100 mil millones de pesos de inversión al año, permitiendo duplicar el número de proyectos de investigación. La diferencia está a la vista.   A pesar de ser una materia poco tratada por nuestras autoridades, hoy es trascendental para el desarrollo de un país. En mi opinión, el próximo presidente de Chile tiene que tener clarísimo que este tema debe ser una piedra angular de su programa de gobierno. Sólo de esta manera podremos pegar ese tan anhelado salto al desarrollo. Es un tremendo desafío el que tenemos por delante, porque no solo debemos recuperar lo perdido en estos últimos 2 años, sino que tenemos que avanzar rápidamente en ponernos al día en esta materia. Hoy la Ciencia y la Tecnología son la base con la cual se construye la sociedad. 
Es una materia que no es un gasto sino que una inversión tremendamente necesaria que permitirá acortar los plazos en la concreción de mejoramiento de la calidad de vida. Significará que se mejore el transporte público y privado; significará mejorar la seguridad ciudadana; significará que la prestación de servicios tanto del sector público y privado sea rápida, eficiente y segura; significará que en nuestro diario vivir, tendremos más tiempo para nosotros y nuestras familias; que los vecinos podremos tener más decisión en nuestros temas comunales; que nuestra educación será de calidad; significará que nuestro sistema público de salud no será este monstruo burocrático que hoy tenemos. 
Son muchas las ventajas de esta inversión, que es fundamental para nuestro desarrollo tanto familiar como personal, así como también como país. 
Creo que por eso, debemos fijarnos qué es lo que ofrecen las personas que hoy se postulan a cargos públicos y cuál es su propuesta concreta sobre la materia. 
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