Según la tradición, la fiesta de La Pampilla de Coquimbo se remonta a los albores de la República. Se origina en el retardo con que llegó a la zona la noticia de la instauración, el 18 de septiembre de 1810, de la primera junta de gobierno formada por criollos.En la actualidad, es una de las principales celebraciones populares del país. A ella concurren cada año cientos de miles de personas, especialmente de Coquimbo, pero también de otros lugares de la región, en busca de esparcimiento y entretención. Muchas familias asisten en carpas permaneciendo en el lugar por varios días, conformando un panorama colorido y multitudinario.La connotación que ha adquirido esta conmemoración de las Fiestas Patrias ha merecido un reconocimiento legislativo, habiéndose declarado la fecha, ya para el año 2014, como feriado regional, a través de la ley 20.778, que impulsé junto a otros diputados. Para este año se propuso un nuevo proyecto de ley. La Cámara de Diputados lo aprobó, pero con carácter permanente. En el Senado su tramitación se vio complicada. En días recientes, la Cámara Alta aprobó dos feriados regionales, para la I y II Región, lo que generó una aguda polémica por el particularismo en que se estaba incurriendo. La Comisión de Gobierno Interior se negó a discutir un nuevo festivo local sin abordar el tema en forma más general.Ante esa situación, logré que los comités parlamentarios autorizaran que el proyecto pasara directamente a Sala, eximiéndolo de su paso por la Comisión de Gobierno Interior. El acuerdo implicaba reponer el carácter temporal del proyecto para este año. Lo importante era despacharlo a la brevedad, lo que ocurrió. Por amplia mayoría.Ahora debemos seguir trabajando por hacer de esta fecha un feriado regional permanente en la Región de Coquimbo. Ello debe darse en el marco de la discusión general que ha insinuado la Comisión de Gobierno Interior y que debiera permitir a cada Gobierno Regional fijar alguna fecha significativa para sus habitantes. 

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