Elección de intendentes, un proyecto al que le falta mucho

Hace unos días y luego de un  extenso debate, el Senado aprobó la iniciativa  que permite la elección a través del voto directo, de la figura del intendente regional  que pasaría a denominarse gobernador regional. Esta es una de las propuestas de La Moneda  que más controversia ha generado entre el gobierno y sectores de la Nueva Mayoría, como asimismo al interior de la coalición de oposición, donde también se dieron posiciones contrapuestas.El proyecto aprobado por el Senado establece la creación del cargo y el modo en que la autoridad será elegida, pero donde se han generado las mayores discrepancias es en las atribuciones y recursos que tendrá esta nueva autoridad y la aprobación del artículo de este mismo proyecto, que crea la figura de un delegado presidencial, que seguirá teniendo una parte importante de las actuales atribuciones del intendente. Un tercer eje importante de conflicto es cuándo esta modificación entrará en vigencia.Sabemos que existe una opinión bastante generalizada en los legisladores, respecto de la necesidad de que el país avance hacia un Estado descentralizado, donde las regiones tengan más poder, más competencia y mayor capacidad de decisión, pero una vez más vemos que el Gobierno habla y ofrece  descentralización y cuando llega el momento de legislar de verdad respecto del tema, se señala que esto se hará de manera progresiva.Ya pasamos por esta misma situación cuando en el ánimo de avanzar hacia una verdadera regionalización, apoyamos la elección directa de los Cores, sin que se definieran de inmediato sus atribuciones, lo que en la práctica significó no avanzar nada en este proceso tan anhelado por quienes vivimos y trabajamos por nuestra región. Se necesita que haya efectivamente transferencia de facultades por parte del gobierno central a las regiones; y vemos que no se consideró ahora y deberemos esperar otro proyecto, lo que retrasa este proceso de avanzar a la descentralización.Aún queda mucho por debatir, especialmente en lo relativo a la figura del delegado presidencial y sus atribuciones; es necesario dejar claramente establecido su  rol, dado que su presencia interferirá en la tarea de la autoridad regional que sería elegida por el voto popular, lo que nos puede llevar a serios conflictos de gobernabilidad.