A una semana de las elecciones municipales el ambiente político deja mucho que desear. Sin duda el mayor escándalo se debe a los inexplicables cambios de domicilios de cientos de miles de ciudadanos, muchos de los cuales no podrán votar, y que se enfrenta con medidas improvisadas y dañinas. A esto se añade la falta de ambiente en lo que tradicionalmente es la fiesta de la democracia, como son las elecciones. Por último se puede mencionar la irrupción de las presidenciales de 2017, que han opacado los actuales comicios y han acelerado en exceso el “cambio” de gobierno.El problema es que todo esto no ocurre de manera aislada, sino que coexiste con una apatía política asociada al desprestigio de las instituciones y una manifiesta crisis de los partidos y los liderazgos. En esto no hay poder del Estado que se salve de la crítica ciudadana, así como el propio régimen democrático experimenta un desgaste: en el Informe Latinobarómetro 2016 el “apoyo a la democracia” en Chile alcanza al 54%, muy por debajo de otros países.Por otra parte, en algo que resulta contraintuitivo, incluso riesgoso, el poder político tiende a crecer: aumenta la burocracia, habrá más parlamentarios, se crean nuevos ministerios. Estas cosas, que ciertamente implican falta de creatividad para resolver los problemas públicos y manifiestan un mal uso de los recursos, terminan por colmar la paciencia y hacen pensar que las decisiones se toman, a veces, con frivolidad o falta de estudio, por interés más que por un genuino bien público.Lo peor que podría ocurrir en estas circunstancias es caer en el desaliento y la pasividad, caer en la crítica fácil y estéril, abandonar la posibilidad de votar y de influir en la elección de las autoridades y la orientación de las decisiones. Una reciente encuesta Cadem muestra que sólo el 43% responde que “definitivamente votará” en las elecciones municipales.El 23 de octubre es un día muy importante. No sólo se eligen autoridades locales, sino que también se evalúan coaliciones políticas, se ponderan nuevos movimientos y liderazgos, se analiza la actual administración y se avanza un paso más hacia la elección presidencial de 2017. Y todo eso es muy importante y vale la pena participar.

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