Dicen que las crisis traen desarrollo. La inercia, que es como dejarse llevar por el viento, inevitablemente conlleva a una crisis. De cualquier tipo. Entonces esta crisis hace despertar a muchos y comienza a trabajar el cerebro para poder salir del flagelo.  Tenemos  ejemplos en Chile. Sólo algunos. Las crisis europeas permitieron en algún momento acoger a italianos, alemanes, españoles, belgas, franceses,  otros europeos y muchos del Medio Oriente, los que en su inmensa mayoría se desarrollaron en Chile con su fuerte espíritu de trabajo, concepto de la responsabilidad, de laborar  en equipo familiar, todo para salir adelante y vamos que lo consiguieron, siendo un ejemplo para sus descendientes y la sociedad toda. Mucho antes, ocurrió la crisis bélica que significó el enfrentamiento con dos países vecinos en la denominada Guerra del Pacífico, donde juntos chilenos de toda clase socio-económica y cultural lucharon codo a codo en pos de la victoria. En fin, hay varios ejemplos. En la famosa crisis del salitre, gran cantidad de compatriotas debieron retornar del norte a sus lugares de origen y otras ciudades cercanas. Andacollo, por ejemplo, aumentó su población significativamente por esta razón y con ello se desarrolló fuertemente la explotación minera. En nuestra hermosa ciudad, tenemos un buen ejemplo con la famosa heladería La Crisis, cuyos primeros propietarios tuvieron que salir del norte y se quedaron en La Serena. En varios locales de la ciudad, a través del tiempo, el letrero lucía invitando a los consumidores a degustar sus exquisitos helados. Hoy, en un local un poco más pequeño, pero siempre abarrotado de clientes, logramos obtener un vasito o cono de barquillo. Son  el resultado de la crisis del salitre. Mis queridos lectores, cuando lean “Viene una crisis”, no se asusten, pero estén despiertos. Varias oportunidades se abrirán a todos. 

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