El Domingo 7 de este mes los franceses eligieron a un nuevo Presidente de la República y con un 65.8% de los votos dieron la preferencia  a Emmanuel Macron. Su contrincante, Marine Le Pen, obtuvo apenas un 34.2%. Macron, con sus 39 años de edad, se ha convertido en el Presidente más joven de la historia de Francia. Le Pen estaba en estrecha sintonía con Donald Trump y con los promotores del Brexit británico, es decir, con quienes atacan el globalismo y la apertura de las fronteras. Ella no ha podido sustraerse a las sospechas  del racismo, islamofobia, antisemitismo y antieuropeismo, aunque ganó las simpatías de millones de votantes. Macron es un hombre serio, habiendo estudiado folosofía, economía y administración, y habiendo sido Ministro de Economía del  Presidente Hollande. No se comprometió con la izquierda ni con la derecha, sino que permaneció en el centro y habló directo a los franceses, a los desencantados de la política. Sus palabras fueron: “ Les prometo una revolución democrática profunda. Francia está bloqueada por una élite que sólo se preocupa de sí misma. Les cuento un secreto: yo sé de que estoy hablando, porque yo fui parte de ella “. Tuvo una campaña corta y un éxito meteórico. Su gran tarea ahora será conquistar una mayoría en el Parlamento, porque no pertenece  a ningún partido y necesita los votos del legislativo para llevar adelante sus reformas. Como símbolo de sus esperanzas, en el acto de celebración de su victoria se escuchó el Himno de la Alegría de la IX Sinfonía de  Beethoven. Con ese ánimo se enfrentará a los problemas de cesantía  y de ataques terroristas de la Yihad. Con Francia tenemos fuertes lazos de hermandad. Su revolución de 1789 fue inspiración para las luchas de independencia  de las colonias  españolas e inglesas de nuestra América. Además los pensadores franceses nos han iluminado en la defensa de los derechos humanos. Le deseamos al Sr. Macron pleno éxito en su período como Presidente de Francia.

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