Hoy en día tenemos un problema de confianza en la política chilena. La gente como que canalizó toda su furia en contra de todos los políticos del país, por todas las faltas e irregularidades que hoy se investigan por la justicia. Como lo ha dicho el presidente Piñera, creo que no somos un país corrupto, pero sí quiero dejar en claro que se debe investigar hasta el final. 
Creo, eso sí, que esta problemática de confianza tiene principalmente su causa, en que hoy, en política, tenemos una brecha generacional muy grande, donde toda una generación de jóvenes, que hoy están entre los 40 y 45 años, en su gran mayoría no siguió, por diversas razones, con su vocación de servicio público. Esa generación post año 1973, que conoció por conocidos o de boca en boca, lo que había ocurrido para el golpe; que también conoció la crisis del 82, con padres, madres o parientes sin empleo; esa generación que sin tener la edad necesaria para votar, le tocó vivir el plebiscito del 88; esa generación que ya joven, vivió una nueva experiencia con el gobierno de don Patricio Aylwin. 
Todos ellos vivieron estos hitos históricos, desde una perspectiva de juventud, que hoy quedó encapsulada en no sabemos dónde, porque todos esos líderes están retirados.  En definitiva, todos esos jóvenes no tuvieron el espacio para poder hacer la renovación lógica de la política, de manera de mantener esa sintonía que debe existir entre quienes gobiernan y quienes son oposición y la ciudadanía. 
Hoy, en cambio, salvo algunas excepciones y en su mayoría hijos de algún político, no se ven esos líderes de la juventud de la época de los 90 y se saltó de la antigua clase política a una juventud que es totalmente distinta y donde no hubo un proceso de transición generacional. Pasamos de los políticos pre 73 a los políticos de la calle. Tal vez si ellos hubiesen tenido ese espacio, tendríamos otro tipo de leyes en materia de Aborto, Seguridad Ciudadana, Tributaria, matrimonial, laboral, donde el espíritu de la época de los 90, esto es, la política de los consensos, habría sido la piedra angular del fortalecimiento y desarrollo del país. 
Es increíble que cuando hablas con alguien de tu generación, aunque esté en la vereda del frente, el consenso en parte fundamental de la conversación, independiente de si eres de gobierno u oposición. Espero que con todo lo que está sucediendo, venga una renovación, donde aparezcan estos líderes y los recuperemos en pos de construir un país mejor para todos, sin este excesivo ideologismo que hoy está marcando el quehacer diario de la política chilena. Hay que recuperarlos, porque de esa manera podremos seguir superándonos como país, haciendo los cambios que toda sociedad requiere, pero que al mismo tiempo sea con la armonía que se necesita para poder concretarlos.
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