Hernán Millas perteneció a una generación excepcional de periodistas. Fueron los precursores de la formación universitaria de los comunicadores, su título lo habían ganado en la práctica. Su prestigio facilitó que en Chile se creara la carrera universitaria de periodismo y surgiera el Colegio profesional. Esa generación, que ya se está extinguiendo, la integraron nombres ilustres en nuestra profesión, muchos de los cuales, igual que Millas, recibieron el Premio Nacional de Periodismo. Nos dejaron un legado muy bien representado por él: trabajo de investigación y reporteo bien realizado, reportajes bien estructurados, preocupación por la claridad y la sencillez, junto con un profundo amor a la libertad. En síntesis, un periodismo de calidad, respaldado por valores éticos.Al hacer el balance de su vida, abruma la multiplicidad de sus talentos.Hernán Millas fue un escritor fecundo, con una pluma ágil y atractiva. Se ha destacado, con justicia, que la Academia Chilena de la Lengua lo distinguió con el Premio Alejandro Silva de la Fuente por el buen uso del idioma. Escribió reportajes que hoy tienen un valor histórico, además del alto grado de actualidad que tenían cuando fueron publicados. Hernán, pese a que muchos creían que su obra nacía de manera fácil y espontánea, fue un serio investigador. La vocación la heredó de su familia: su padre, don Columbano Millas, cuando dirigía el periódico La Unión en Punta Arenas, se alojaba en el segundo piso del edificio del diario. Allí los Millas Correa eran arrullados por el galope de la prensa.Es de suponer que esa misma influencia familiar lo convirtió en un lector apasionado, que se tradujo en una sólida cultura, de la cual no hacía ostentación. Porque Hernán, cuyo humor irritó muchas veces a los poderosos, tanto en democracia como en dictadura, era sobre todo un hombre sencillo, cordial y amable.      Este Hernán -o Agapito, que era su seudónimo más famoso-, personaje esencialmente humano, pródigo en anécdotas, es el que no olvidaremos. Su don de la observación, su preocupación por el buen decir, su ironía a veces punzante pero nunca hiriente, nos harán mucha falta. 

Autor

Imagen de Abraham Santibáñez Martínez

Secretario General del Instituto de Chile. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua.Premio Nacional de Periodismo 2015

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