Todos quienes nos aprestábamos para ver el partido por la Copa América Centenario, entre Uruguay y México, quedamos sorprendidos cuando anuncian el himno uruguayo y en lugar de éste comienza a sonar otra melodía para nosotros muy conocida… el himno chileno… 
- Quizás por eso perdieron…, me dijo un amigo pesimista.
No es mi costumbre hablar de fútbol en esta columna, o tal vez debiera decir “football”, ni tampoco va a ser esta la ocasión de hacerlo, aclarando que en todo caso es un deporte que veo… pero no creo que valga la pena sacrificar alguna neurona comentándolo.  
A lo que realmente voy es a que los uruguayos tienen el mismo mito estúpido y falso que tenemos los chilenos respecto de nuestro himno nacional: Dicen que el himno nacional de la República Oriental del Uruguay es el “segundo himno más lindo del mundo” después de La Marsellesa, ello basado en que, a principios del siglo pasado se habría hecho un supuesto ranking de himnos donde salieron “subcampeones”…
El himno nacional uruguayo está basado en la letra de Francisco Acuña de Figueroa y su música fue compuesta por Francisco José Debali, nombre castellanizado del húngaro nacido en Transilvania  Debály Ferenc József, el mismo al que alguna vez se le atribuyó la autoría del himno paraguayo, pero los guaraníes después lo negaron.
Lo curioso es que Debali ha sido acusado de que para componer el himno charrúa habría plagiado la ópera de Donizetti “Lucrecia Borgia”, la que tendría  motivos melódicos  muy similares, hoy en día hablaríamos de un “copiar y pegar…”
En todo caso, la causa más probable de lo ocurrido en el estadio es que el que grabó los himnos no sabe ni donde están Chile y Uruguay…menos va a distinguir los himnos…
Lo positivo es que ahora los uruguayos pudieron escuchar el himno chileno… lo que no ocurrió en Montevideo por la tremenda pifia…
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