Este jueves 15 de diciembre se presentaron los dos primeros tomos de la Historia de Chile 1960-2010, en la que soy director general. El primer tomo se refiere al Chile de mediados del siglo XX y el segundo se concentra en la administración de Jorge Alessandri Rodríguez (1958-1964). Es una obra colectiva -iniciativa de la Universidad San Sebastián- en la que son coautores los historiadores Gonzalo Larios, Myriam Duchens, Ángel Soto, José Manuel Castro y Milton Cortés y Sergio Carrasco. No siempre se reconoce adecuadamente el valor de la historia, y muchos jóvenes encuentran que es una lata, quizá por una mala experiencia o por falta de estudio personal. En cambio, para quienes nos dedicamos a esta disciplina, estudiar y conocer el pasado humano es fascinante, al aproximarnos a las ideas, estructuras y personajes de otros tiempos y lugares, de manera que nuestra actividad profesional es también una especie de hobby, como lo hemos comprobado en esta investigación.Estudiar estas cinco décadas de grandes transformaciones es un gran desafío, pero también un deber. Son años realmente apasionantes, con una vitalidad extraordinaria y que vale la pena conocer y comprender, en la convicción de que además nos permitirán comprender mejor al Chile de hoy. Después de todo se trata de procesos fundamentales: la era de las revoluciones en los años sesenta, luego la ruptura de la democracia, las transformaciones económicas y políticas de los setenta y ochenta, la llegada y consolidación de la democracia en los noventa y comienzos del siglo XXI.Como es propio de la disciplina histórica, no es posible abordar cada tema con plena objetividad, pero sí con seriedad, basado en los documentos originales y en la bibliografía actualizada, evitando los prejuicios ideológicos o la frivolidad a la hora de escribir. Para muchos, leer las páginas de esta obra será recordar sus propias vidas, para otros será una manera de aproximarse a sucesos desconocidos, que ocurrieron cuando ellos ni siquiera habían nacido. En ambos casos es posible leer con interés, para conocer no sólo la realidad política, sino también las relaciones internacionales, la economía, la sociedad y la cultura, la religión y la educación, entre otros temas. Una verdadera oportunidad para “revivir” la historia de Chile.

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