Poder terminar la jornada diaria de trabajo una hora antes. Así podría resumirse el efecto que tendría el proyecto de ley que estamos promoviendo en el Congreso Nacional y que busca reducir la jornada laboral de las actuales 45 a 40 horas.

Se trata de una propuesta que se sustenta en la realidad de nuestro país, donde existen lamentables problemas de salud, de convivencia familiar, de productividad, y varios otros que se pueden asociar a lo extenso de la jornada; sumado a que, en promedio, un trabajador pasa al menos dos horas en el transporte hacia y desde al trabajo. Tenemos una de las tasas más altas de licencias médicas por enfermedades como depresión y stress laboral, con un gasto del 1,5% del PIB en pago de esas licencias, lo que nos motiva a promover esta iniciativa que apunta, además, a compatibilizar el trabajo con el tiempo familiar y la recreación.

Quizás en ningún otro tema hemos encontrado tanta coincidencia como en la necesidad de rebajar la jornada de trabajo, no sólo entre la oposición sino con la ciudadanía que en un 70% se manifestó en la encuesta Cadem a favor de la jornada de 40 horas. También a que es perfectamente compatible con un país más productivo y que beneficie a la familia, que fue el mismo argumento que utilizó el Presidente Piñera como candidato el año 2005 al prometer una rebaja en la jornada laboral, la que no cumplió cuando llego al gobierno el año 2010.

Las estadísticas en materia laboral muestran que la tendencia en países con alta productividad está precisamente en jornadas de trabajo más intensivas y no extensivas. Los países OCDE, con los cuales nos gusta compararnos, tienen por ejemplo 38 horas semanales en España, 35 en Alemania, 37 en Italia y 30 en Holanda, los que muestran que hay otra forma de organizarse, con resultados exitosos en materia productiva. Algo muy distante al proyecto de 180 horas mensuales del gobierno, que propone trabajar incluso 12 horas algunos días de la semana.

Nos hemos reunido con organizaciones de Pymes y apoyan nuestra propuesta de 40 horas, la que queremos implementar de manera gradual y para la que requerimos capacitación de parte del Estado a fin de organizarse de manera que se produzca más. Con trabajadores más dispuestos a desarrollar su labor, con menos uso de licencias médicas, y que al mismo tiempo exista más tiempo para el descanso, para la actividad familiar, para los hijos, para el deporte, para la entretención. Una hora diaria más para la vida.

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