Una cosa es segura: a Donald Trump nunca le falta creatividad. Por casi dos meses se ha resistido a reconocer su derrota, todavía sigue inventando recursos. Tras una seguidilla de perdones presidenciales para favorecer a sus cercanos, ahora estaría pensando en dejar anticipadamente la Presidencia.  Según la procuradora (Fiscal) general de Nueva York, Letitia James: “El presidente puede indultar a las personas, (pero) la gran mayoría de los juristas han indicado que no puede perdonarse a sí mismo”. “Lo que podría hacer es dimitir y permitir que el vicepresidente -el vicepresidente Pence- lo perdone”.

En ese caso, Mike Pence (el Breve) debería concluir el gobierno y otorgarle a Trump el perdón por los cargos federales que enfrenta. Perro, según la fiscal James, el mandatario no se libraría de enfrentar a la justicia de Nueva York.

Detrás de esta mezcla desconcertante de mal manejo del Covid-19 y los patéticos esfuerzos por ganar la elección por secretaría, ahora crece el temor del eventual estallido una crisis de fondo. Aunque ninguna democracia es perfecta, por algo ha durado por siglos. Para los griegos era un buen sistema, pese a consagrar la esclavitud. Mucho después, Winston Churchill la definió como el menos malo de los regímenes de gobierno.

Lo de ahora es un fenómeno nuevo y no solo afecta a Estados Unidos. La revolución tecnológica, permite que cada persona desafíe impunemente al mundo entero y sus instituciones y que ponga en peligro la subsistencia misma de la democracia.

Hasta cierto punto ya está ocurriendo en Chile. Una generación joven postula que solamente quienes están libres de todo pecado pueden aspirar a la construcción del futuro. Estos neofundamentalistas aseguran que eso es lo que cree la mayoría luego del estallido social y del plebiscito. No hablemos de su manifiesto desprecio por los “ancianos con pañales”, la condena del proceso ejemplar del término de la dictadura, la torpe incitación a “saltarse los torniquetes”, las celebraciones clandestinas en cuarentena o -suprema irresponsabilidad- el rechazo al uso de las mascarillas.

Es el populismo en su peor expresión, convertido en pandemia.

Autor

Imagen de Abraham Santibáñez Martínez

Secretario General del Instituto de Chile. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua.Premio Nacional de Periodismo 2015

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