Este viernes 16, la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), liderada por Diego Hernández, organizó un interesante seminario para analizar la situación actual del sector minero en Chile. En la ocasión se presentó el trabajo “Fundamentos y desafíos para el desarrollo minero” (2017). El encuentro contó con la participación de importantes figuras del sector privado, todos con la motivación de pensar y proyectar la inversión y el desarrollo de la industria para los próximos años, considerando que Chile es un país minero y que otras naciones también tienen proyecciones interesantes.Lo primero que debemos considerar es que no se puede ser observador y no actor en este desafío. El país no puede vivir de glorias pasadas, como muestran los ejemplos de sociedades que estuvieron entre las principales productoras de cobre en el mundo y que hoy son marginales. Es necesario renovarse y mantener siempre la vocación por crear riqueza, por hacer que las comunidades vivan mejor, que las condiciones de los trabajadores sean las adecuadas, que Chile reciba recursos que pueda reinvertir o usar para la promoción social. Esto exige volver a fomentar la inversión extranjera, tema en el cual el impulso nacional ha ido decayendo, mientras países vecinos logran atraer proyectos y riqueza.Un segundo tema central es comprender que hoy las sociedades son más complejas, y también lo son las exigencias. Por lo mismo, SONAMI plantea en su informe que es “necesario elaborar una institucionalidad de diálogo permanente que ordene, de cara a los grandes proyectos de inversión, la relación entre las comunidades, las empresas y el Estado. El proceso debe ser transparente, efectivo y en igualdad de condiciones, para lograr acuerdos de valor compartido que impacten el desarrollo territorial”.Chile es un país extraordinario, y en ocasiones los procesos electorales sirven para ampliar nuestras diferencias o para mostrar las caras más negativas del estado de desarrollo nacional. Una mirada más justa y que intente contribuir al progreso, sin duda considerará las debilidades que tenemos, pero también ponderará las cosas buenas y sabrá que, como en el pasado, es posible emprender el desarrollo y ampliar las oportunidades para todos los chilenos. En esta tarea, como en nuestra historia, la minería tiene una palabra importante que decir y un gran bien que aportar. 

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