El fallecimiento de alguien con un rol preponderante en la historia de un país se convierte por sí solo en una ocasión en la que vuelven a la memoria colectiva, importantes recuerdos de esa etapa de la historia y debiera permitirnos aquilatarlos con la mesura y ponderación que nos da justamente el tiempo transcurrido. Es lo que hemos visto en estos días, durante los cuales se ha desarrollado el funeral de Estado del  ex Presidente Patricio Aylwin Azócar.
Tal como lo expresamos a través del jefe de nuestra bancada,  los diputados de la UDI reconocemos la importante labor que cumplió el exmandatario durante la época que condujo el país, al término de un periodo difícil y en el inicio de una etapa democrática. 
Sus características de  hombre ponderado, consecuente con sus principios e ideales, permitió que facilitara la necesaria transición; estas mismas características lo habían llevado a criticar y combatir el experimento marxista que la Unidad Popular instaló en el gobierno de Allende, convencido desde su posición de presidente del Senado, que éste había caído en la ilegalidad.
Su gobierno no fue  fácil.
Muy por el contrario, al expresidente  le tocó conducir el país en momentos complejos, pero supo anteponer su visión de Estado por sobre requerimientos propios o de algún sector o partido político. 
Buscó siempre los acuerdos como una forma de poder avanzar en la reconciliación del país, aun por encima de aquellos que seguían pensando que sólo la violencia era el camino de la reivindicación.
En la UDI vivimos el efecto de esa violencia en carne propia, con el asesinato de nuestro líder, el senador Jaime Guzmán, uno de los momentos más difíciles en ese gobierno de transición, en el que se  buscaba erradicar la violencia y lograr acuerdos entre todos, para que Chile fuera mejor. 
Sólo su gestión como estadista pudo darnos garantías  de que se estaba haciendo  el esfuerzo por  instalar en Chile una mejor democracia…  
Al igual que otros líderes que ya no están, dejó una lección  a las nuevas generaciones y a aquellos que pensamos que la política es un camino real y honesto de servicio público… ese será su principal legado.
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