Esta semana Chile tuvo una de las semanas más tristes del año, cuando la Cámara de Diputados rechazó el informe sobre el SENAME. Las discusiones se han concentrado en aspectos políticos, en la incoherencia de algunos parlamentarios, en la defensa hacia una exministra y en las gestiones del Gobierno para lograr que los diputados de la Nueva Mayoría votaran en contra, como finalmente ocurrió. Bien por los analistas políticos, pero ahí no está el fondo del problema.El gran drama de los niños de Chile es que han estado permanentemente fuera de las políticas públicas, y en buena medida alejados de las prioridades sociales, por factores culturales. No es desconocido que son muchos los niños que durante décadas, incluso siglos, han nacido fuera de un hogar, con padres que los desconocieron y madres que intentaron sacarlos adelante solas, y muchas veces en condiciones de pobreza. Tampoco se ignora que durante mucho tiempo los niños trabajaban en las más diversas labores, incluso con riesgo físico, en vez de llenar las salas de clases, aprender y desarrollar todas sus potencialidades. No está de más recordar que durante buena parte de la historia de Chile, los niños andaban sin zapatos, “a pie pelado” como se decía y como lo recordaba sentidamente Gabriela Mistral.Hoy, el tema es distinto. Hay una cobertura escolar casi universal, la sociedad civil y el Estado tienen establecimientos educacionales prácticamente en todos los lugares de Chile, hay protección contra el trabajo infantil y han crecido las instituciones privadas y estatales que procuran colaborar con aquellos que están en malas condiciones familiares o sociales. Sin embargo, persisten algunos dramas que parecieran estar enquistados en la sociedad: los niños no son una prioridad, el gasto público es escaso y mal administrado, las instituciones como el SENAME tienen gente valiosa, pero también delincuentes en su interior, así como rondan los operadores políticos en el sistema. Ojalá la vergüenza parlamentaria de esta semana dé paso a que los niños de Chile, y especialmente del Sename, tengan la atención que merecen. Así, podremos verlos sirviendo al país desde las más diversas posiciones, como gente de bien y que logró salir adelante.

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