Esta semana, conversando con un amigo empresario de Coquimbo, quien realmente tiene sentido de responsabilidad social empresarial y por ello, tanto él como su padre, han sido reconocidos por la comunidad en innumerables ocasiones, me decía que en general, los grandes empresarios estaban apoyando al ex presidente Ricardo Lagos. Ello, porque sintieron que durante el gobierno del Presidente Piñera, se les establecieron muchas exigencias, demasiados controles y un excesivo celo en el cumplimiento de las obligaciones laborales. En cambio, durante el gobierno de Lagos, tenían más libertad y menos exigencias para generar las utilidades propias de sus actividades. Paradójica la situación, pero es así. Pues bien, el viernes se dieron a conocer los datos de la encuesta CEP y queda claro que el presidente Piñera, además de ser uno de los mejor evaluados, es el que recibe más apoyo y, asimismo, el que la gente considera será el próximo presidente de Chile. Estos resultados no son consecuencia de marketing, publicidad o compaña, simplemente se debe a que él es el candidato de los trabajadores de este país. Las razones son muchas, pero la principal es que, durante su gobierno, se establecieron nuevos parámetros respecto de la forma de hacer negocios, que permitieron al mismo tiempo revitalizar la economía, generar nuevas inversiones, crear oportunidades de emprendimiento y lo más importante, generar puestos de trabajos de calidad y formales, con sueldos buenos y una movilidad laboral que permitió a los ya contratados, mejorar sus remuneraciones y su calidad de vida. En los distintos sectores de la economía, las empresas se peleaban a los profesionales, a los técnicos, a los administrativos y en general a las personas para que prestaran sus servicios en ellas. Se produjo una espiral tremendamente positiva para los trabajadores como nunca antes se había hecho. Las personas no sólo tenían la seguridad y estabilidad laboral que es tremendamente necesaria para el pasar diario de una familia, sino que como nunca antes podían aspirar a aumentar sus ingresos, logrando acceder a cosas que antes le eran tremendamente difícil. Además, el clima laboral, dadas las características anteriores, permitió generar los espacios para generar crecimiento e inversiones en áreas que antes pocas veces habían sido de interés para los privados. Sin duda esa apuesta del Presidente Piñera fue el motor de una economía que fue tremendamente exitosa.  Esa apuesta en materia laboral, fue la base para derrotar la extrema pobreza, generar programas de apoyo a los más vulnerables, financiar un post natal de 6 meses o  eliminar el 7% a los jubilados, que digan lo que digan, hasta esa época eran solo promesas y nada concreto. Fueron hechos, no palabras, por eso hoy por hoy, Piñera es el candidato de los trabajadores. 

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