Las noticias no son buenas en materia meteorológica. Al contrario, resulta muy lamentable y preocupante el consenso que existe entre meteorólogos respecto a que no se visualizan  precipitaciones de importancia en lo que queda del año, lo que sólo agravaría la sequía que hoy se vive en nuestra región, con el otoño más seco de los últimos 60 años y un déficit hídrico promedio del 80%.

En este escenario valoramos el decreto de emergencia agrícola, a pocos días que junto a alcaldes de toda la región le hiciéramos personalmente esta solicitud al Ministro de Agricultura; y por cierto esperamos que estos 470 millones de pesos que se entregarán a usuarios de Indap y en alimentos para ganado caprino, sea la primera de muchas otras medidas para enfrentar los estragos que provoca la falta de agua. Estamos solicitando la renovación del decreto de Zona de Catástrofe por sequía que vence próximamente y que a partir de este instrumento se destinen desde el Ministerio del Interior los recursos frescos necesarios, ya que lo anunciado recientemente corresponde a una devolución de lo ya gastado en emergencia con motivo del sismo de enero pasado. 

Pero también es tiempo de implementar las medidas de mediano y largo plazo que se han trabajado en los últimos años. Resulta incomprensible no ver anuncios concretos para las plantas desaladoras en la región.

En el gobierno anterior quedaron muy avanzadas en materia de proyecto para la provincia del Limarí, por ejemplo, cuya rentabilidad social tenía informe favorable por parte del Ministerio de Desarrollo Social. Incluso aprobamos un fondo de 9 mil millones de dólares para que el Ministerio de Obras Públicas pueda desarrollar iniciativas de esa naturaleza, que permitirían tener recurso hídrico para riego y abastecer sistemas de agua potable rural.

A esto debe sumarse medidas para optimizar el recurso. Hoy el 50% de la agricultura en la región no tiene riego tecnificado, y nos gustaría que los concursos de la Comisión Nacional de Riego sean por provincias y por cuencas, reutilizar aguas grises y mantener la política de construcción de embalses. También queremos un rol más activo del Bancoestado para apoyar la agricultura y evaluar la condonación de créditos Indap.

Lo que necesitamos con urgencia es implementar ya una Política de Estado para combatir los efectos del cambio climático, que se ha convertido en una emergencia climática. Y para ello no se pueden desechar cada 4 años los avances de un gobierno anterior.

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