Entre 2000 y 2015, según el cálculo del periodista Mauricio Weibel (en su libro “Traición a la Patria”), las Fuerzas Armadas de Chile recibieron de Codelco unos 12.660 millones de dólares. Otras estimaciones hacen subir a 13.391 en el mismo período la cifra destinada a “financiamiento de compras militares”. La minera estatal está obligada a entregar el diez por ciento de sus ventas brutas a las Fuerzas Armadas.
En enero de 2014, la revista Qué Pasa resumió el resultado:
“Chile ocupa el lugar 24 a nivel mundial en importación de armamento militar entre los años 2008 y 2012. Según  indica el último informe especializado de Strategic Defence Intelligence,  Alemania y Estados Unidos son los dos mayores proveedores de armas de Chile …”
Se ha sabido que el cabo Juan Carlos Cruz Valverde gastó 2.368 millones de pesos en los tragamonedas del casino Monticello. 
No cabe duda que los fondos de Codelco pudieron tener otro destino. Ahora que se ha recordado el aniversario número once de la tragedia de Antuco, es posible pensar en un mejor objetivo para este dinero. Los 45 conscriptos que murieron en la Octava Región en 2005 no estaban equipados para enfrentar una ventisca a 35 grados bajo cero. En su brutal “marcha de la muerte” los afectó el llamado “viento blanco”. No es que no hubiera equipos adecuados. Sólo que no eran suficientes y muchos no estaban en buenas condiciones. El material clave es el “goretex”, destinado a mantener seco a quien lo usa. Según sus fabricantes es una tela que “se seca con rapidez, es fácil de empacar y de poco peso”. GORE® Military Fabrics “permite a los combatientes enfocarse más en su misión y menos en el clima”.
No se indica el precio del producto, pero ciertamente debe ser mucho menos de lo que despilfarró el cabo Cruz en Monticello.

Autor

Imagen de Abraham Santibáñez Martínez

Secretario General del Instituto de Chile. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua.Premio Nacional de Periodismo 2015

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