el retornar a la Cámara de Diputados el proyecto de ley que despenaliza el aborto en tres causales, luego de que fuese aprobado en el Senado, sucedió lo impensable para el Gobierno… no lograron tener el quórum necesario para su aprobación, lo que significa que debe abordarse en Comisión Mixta y eventualmente deba el Tribunal Constitucional dirimir su aprobación o rechazo final. Este proyecto constituye una de las iniciativas más lamentables a las que un parlamentario, plenamente consciente de la dignidad humana, puede verse enfrentado a legislar, porque representa la profunda ideologización de las propuestas de un Gobierno que está llevando al país a un deterioro en su desarrollo y calidad de vida, como no se veía en los últimos años en Chile. Esta ideologización hizo que casi por dos años, un grupo de parlamentarios le dijera al país que esta ley que se propiciaba no era sobre el aborto, sino sobre la “interrupción del embarazo”. Seamos claros… eliminar una vida dentro de su madre es una de las formas más espantosas de violación al derecho humano más elemental: el de nacer y de vivir.En la discusión de la despenalización del aborto en tres causales se habla de “aborto terapéutico”, pero no existe en la práctica médica ninguna terapia que tenga por objeto eliminar a una persona. En nuestro país existen protocolos médicos qué, utilizando el principio del doble efecto, interrumpen el embarazo cuando hay riesgo vital, real e inminente de la madre, en cualquier momento de la edad gestacional, sin que esto sea una conducta ilícita.Respecto de la segunda causal, sabemos que no en todos los centros asistenciales de Chile se encuentran las tecnologías para evitar un error de diagnóstico respecto de una enfermedad incompatible con la vida extra uterina. La tercera causal, de violación, es la que genera más dudas jurídicas y morales: a pesar del indescriptible sufrimiento que significa para toda una familia, el Estado no puede abandonar al producto de la concepción. ¡No puede dejar de cumplir con su rol de proteger esa vida!. Sin embargo, en el texto original no había una sola norma a favor de un programa de acompañamiento de la madre embarazada.Como parlamentario, estoy convencido de que la titularidad sobre la vida del hijo no es de la madre, como quien tiene una cosa de su propiedad.  Por esto, actuando bajo completa libertad y convencido de que ésta sería una mala ley para nuestro país, la rechacé en todas sus partes. Sé que algunos no estarán de acuerdo y probablemente así lo digan las encuestas. Sin embargo, prefiero perder una elección, pero jamás perder mis convicciones. Por esas personas que hoy no pueden defenderse… por ellas yo voté no al aborto.

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