Esta semana el Gobierno pretendía anotarse un triunfo político, con la aprobación de la Ley de Aborto en tres causales, el cual por su desorden interno, se estancó en el Congreso. Ahora bien y como ya se ha dicho reiteradamente, esta reforma es una expresión más del sello de la Nueva Mayoría: total desconexión y sintonía con las prioridades de los chilenos. De hecho, si uno analiza la última encuesta CEP, los chilenos sienten como sus principales prioridades la Delincuencia y la Salud, dos áreas en las que el gobierno ha carecido completamente de iniciativas y peor aún, de resultados. Sin ir más lejos, durante la gestión de los ministros de Salud del actual gobierno, el único proyecto legislativo que ha tenido prioridad y ha concentrado la atención de las Comisiones de Salud del Senado y la Cámara ha sido el proyecto de aborto por tres causales. Todas las demás iniciativas, en uno de los temas más prioritarios para los chilenos, como es salud han sido relegadas para cumplir con una promesa electoral que poco tiene que ver con la salud y más bien obedece a una agenda ideologizada del Gobierno. Esto incluye una reforma al Sistema de Isapre que ya probablemente no sea enviada al Congreso. Paralelamente, mientras la gran prioridad en materia de salud para el gobierno pareciera ser la Ley de Aborto, la gestión hospitalaria muestra sus peores resultados en lo que va de gobierno. La lista de espera alcanza su nivel más alto desde que asumió el nuevo gobierno, totalizando casi 2 millones de personas esperando por una consulta a especialista, una cirugía o una enfermedad cubierta por el AUGE, lo cual refleja que el Gobierno y la Nueva Mayoría, en las áreas de mayor importancia para los chilenos, insisten en ser sordos a las necesidades ciudadanas. En síntesis, este primer Gobierno de la Nueva Mayoría ha errado complemente en las prioridades y ha insistido en llevar adelante un proyecto político e ideológico, sin importar las consecuencias que para muchos chilenos significa obviar el cómo mejorar su calidad de vida.  

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