Cuando los Alcaldes Cristián Balmaceda de Pirque, Diego Vergara de Paine, Mario Olavarría de Colina y Erasmo Valenzuela de Calera de Tango, hacen una fuerte defensa del mal llamado deporte “rodeo” casi al unísono, en la que aseguran que no hay maltrato animal durante su práctica, que existen medidas para proteger al novillo e incluso el edil Valenzuela agrega que ha habido un cantidad enorme de avances para el cuidado y la protección de los infelices novillos…, atendiendo lo anterior y siendo consecuentes con sus propias palabras y como una manera de convencer a los que rechazamos bajo todo punto de vista el sacrificio de novillos y caballos, es que los Alcaldes Balmaceda, Vergara, Olavarría y Valenzuela tomen por una vez el lugar del novillo en la media luna, y vivan en “vivo y en directo” sus “caballazos” y “encontronazos” y así comprobar en situ todas las mejoras de seguridad y protección de novillos y caballos, porque sí estas son verdaderas, no deberían temer nada por su integridad física y como otra prenda para su tranquilidad, los jinetes que los “corran” podrían ser los “Champions de Chile”, ellos sí que saben del tema, por lo que estaré muy atento a sus comentarios posteriores a su experiencia como novillos, en una de esas tienen razón y todo no es tan terrible, las medidas de seguridad funcionan y no hay maltrato como sostienen los animalistas, que como lo dice el Alcalde Balmaceda, “estos alegan maltrato animal por el solo hecho de ver correr un caballo ó una vaca” (sic), pero el problema, Señor Balmaceda, no es que corran, el drama comienza cuando se dan brutales “encontronazos” entre ambos, sin ninguna lógica posible de entender, a vista y paciencia de los jinetes, de familiares y amigos de los jinetes, de los jueces, los únicos que no celebran son los novillos y los caballos, víctimas silentes, sin derecho a opinión, de un mal llamado deporte nacional, que es muy fácil y cómodo de defender, mientras no se vivan los abusivos “caballazos” en carne propia…, todo lo demás es música, ó mejor dicho cueca…
Luis Enrique Soler Milla