Cuando la Presidenta Michelle Bachelet decidió liderar el país, sabía que el sistema educacional chileno requería una profunda transformación: pasar de mirar la enseñanza como un bien de consumo a un derecho garantizado por el Estado. Es por esto que nuestra mandataria impulsó una reforma educacional para hacer cambios profundos, con participación de todos y con una mirada de largo plazo.Cambiar el paradigma no ha sido fácil. Pusimos en marcha una reforma estructural que parte desde la sala cuna hasta la educación superior, cambiando el foco desde la discriminación al derecho, desde el lucro de unos pocos a la calidad de muchos y construyendo establecimientos de alto estándar allí donde no los había.Pero, en concreto, ¿qué hemos hecho en la región? Está comprobado que quienes pueden asistir a la educación inicial tienen mejores expectativas de desempeño escolar que quienes no pueden, por ello, en el período 2014 – 2016 se han construido y ampliado 33 jardines infantiles, abriendo 2 mil 125 nuevos cupos para nuestros niños.Además, generamos una carrera docente de alto nivel, que atrae a los mejores jóvenes a esta vocación, fortaleciendo las pedagogías y fomentando el perfeccionamiento. Asimismo, el Sistema de Desarrollo Profesional Docente beneficiará con nuevos derechos de apoyo, reconocimiento y mejoras salariales a 5 mil 873 docentes de establecimientos municipales de la región.En la educación superior, desarrollamos el Centro de Formación Técnica de Ovalle, que está en proceso de elección de rector y este 2017, más de 11 mil jóvenes de la región fueron beneficiados con la gratuidad. Además, consagramos el principio de inclusión en los establecimientos que reciben recursos públicos y terminamos con la selección arbitraria de los alumnos: y a partir de este año, las familias empezarán a elegir un colegio, no a la inversa.Sin duda, estamos cambiando el paradigma y proyectando el Chile que soñamos.

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