Esta ciudad tiene dos puntos negros que deben ser borrados para que presten servicios a la comunidad. Me refiero a la cuadra alguna vez ocupada por la Empresa Floto y la CCU, y a la cuadra de la antigua Penitenciaría. Esta última concentra por el momento la preocupación de toda la ciudad, por contundentes motivos. Ha sido tarea de nuestras autoridades elaborar un plan para sacar provecho de ese enorme espacio, pero hasta ahora se ven pocos resultados. La aspiración de la comunidad es que se construya allí un anexo del Hospital Regional y mejore la atención de salud de la población. El proyecto tiene nombre: Centro de Diagnostico y Tratamiento (CDT). Nuestro Hospital de San Juan de Dios se fundó en 1559 para “la atención de indios y españoles”, de  modo que tiene más de cuatro siglos de servicio. Sufrió terremotos, incendios y saqueos. El edificio actual fue inaugurado por don Gabriel González Videla en 1952.  Es un establecimiento de alta complejidad cuyas especialidades se complementan con las del Hospital de Coquimbo; forman un conjunto hospitalario que atiende a toda la Región de Coquimbo y en algunas especialidades a pacientes de la Región de Atacama. En La Serena contamos con 282 camas y 1200 funcionarios, entre médicos, profesionales, técnicos, administrativos y auxiliares. Pero tanto el Hospital como los consultorios externos están al borde del colapso por la alta demanda y la falta de infraestructura. No hay espacio para atender a tanta gente. El CDT sería la gran solución para pacientes y personal de salud. Durante el gobierno de Sebastián Piñera se aseguraron los fondos para diseñar, demoler y construir, pero con el gobierno actual nadie sabe a dónde fueron a parar esos dineros. En su programa electoral y en sus visitas a la Región la Presidenta prometió llevar a buen término el proyecto. Pero el CDT no figura en el Presupuesto de la Nación del próximo año. Queda demostrado que la salud no está entre las prioridades de la Sra. Bachelet y que sus promesas son sólo eso: promesas al viento para ganar votos y salvar su derrumbada popularidad.
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