"Muchas de las bandas de delincuentes en Chile son de extranjeros”, declaró esta semana el ex presidente Sebastián Piñera.Por su parte y de manera coordinada, parlamentarios de Chile Vamos anunciaron un proyecto de ley para endurecer la Ley Migratoria. Sus propuestas son extremas: Si un extranjero no cumple, por ejemplo, con tener un patrimonio suficiente para permanecer en Chile y no lo informa cada seis meses y reincide, debe ser expulsado del país. En Chile es inconstitucional expulsar a un extranjero por el simple hecho de ser descubierto cometiendo un delito. Para que ello ocurra debe ser juzgado y condenado debidamente. Estas señales encendieron inmediatamente las alertas entre organizaciones de defensa de los derechos humanos y especialistas en temas de inmigración por sus implicancias racistas, discriminatorias y clasistas. Hay que ser muy cuidadosos y rigurosos para opinar sobre el proceso de inmigración que hoy experimentamos en Chile y también en nuestra región. La desafortunada declaración de Piñera y la propuesta de Chile Vamos son un intento desesperado por sacar al exmandatario del escándalo por la compra de acciones de una pesquera peruana mientras era presidente de la República y Chile iniciaba el proceso ante La Haya.Ellos han querido establecer una mañosa relación causal entre inmigración y delitos, pero las estadísticas no los respaldan. Sin embargo, no hay que ser ingenuos ni cerrar los ojos. Tenemos que estar muy atentos para, por ejemplo, bloquear que el narcotráfico internacional utilice a Chile para sus operaciones.La ley pareja nunca es dura y se tiene que aplicar a quien lo cometa, independientemente de su nacionalidad.

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