El último frente de mal tiempo  pegó  fuerte en la costa de la región de Coquimbo, lluvias intensas y vientos que nunca habíamos sentido, ráfagas de hasta 120 Km./hr. Frente que dejó  varios daños, en Tongoy, toda la pesca artesanal se vio afectada, botes dañados o destruidos, se perdieron motores, etc. La fuente de ingreso de varias familias se vio mermada, lo bueno, es que el gobierno regional respondió de manera ágil y entregó soluciones en el corto plazo.
Pero este frente de mal tiempo también nos hizo dar cuenta de la fragilidad de uno de nuestros polos turísticos mas importantes, la Avenida del Mar y Avenida Costanera, es por eso que como CIDERE estamos invitando a soñar. Crisis como estas nos brindan oportunidades, es el momento de trabajar en cómo volvemos a potenciar esta gran atracción, en qué lugar del mundo hay 20 kilómetros de costa cerca de la ciudad. Pero hoy que vemos, gran desorden y baja mantención, poca seguridad, quiero dejar claro que esto no es una campaña pensando en el verano, sino que, cómo cambiamos la cara a este sector, haciéndolo más ameno, más nuestro, con centros gastronómicos que inviten. Ya sumamos al intendente y con ello a los distintos ministerios y servicios relacionados con el tema, instituciones como INACAP también lo hicieron y queremos el compromiso total de los alcaldes de Coquimbo y La Serena, no de los equipos que hoy están a cargo, necesitamos a las máximas autoridades, aquellos que toman las decisiones, que sueñen junto a nosotros y concretemos un gran proyecto.
Tenemos que apuntar a modelos como el de Río de Janeiro en Brasil o al de países como España, Francia, Italia o Croacia que le sacan gran provecho a sus costas con el Mediterráneo. El turismo es una industria limpia que no tiene límites, depende de nosotros cómo aprovechamos la riqueza que hoy tenemos.
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