Dicen que los mejores barómetros de la situación de cada capital y país, son los taxis. Ud. lo puede apreciar en Buenos Aires, en Lima, Bogotá y naturalmente en Santiago. Sin entrar a competir con Adimark ni con CEP, en mi último viaje a Santiago decidí hacer una encuesta con los choferes de diferentes taxis que tuve que ocupar. Normalmente, en mis gestiones, uso el Metro como columna vertebral  y luego taxis de acercamiento. Bien. Todos ante la misma pregunta ¿Cómo está la cosa? N°1 Mala, pues, señor, la pega está escasa. Fíjese que usted es la primera carrera y ya son las 10 de la mañana. Bueno, le contesto, pero ya se arreglará mas a mediodía. No, señor, si hasta en el barrio alto hay escasez de clientes. N° 2 ¿Hasta cuándo vamos a seguir con estos extranjeros que llegan a paladas? Aquí en este barrio, da pena como viven. No tienen trabajo y eso es peligroso por la delincuencia. Le contesto ¿Ud. cree que ellos fomentan la delincuencia? Sí, pues, señor, venga a echarse una vuelta después de las 7 de la tarde, pero no conmigo. N° 3.- Mire, señor,                              como estamos llenos de comerciantes ambulantes. Ya no se puede ni caminar por la calle. Sí, lo veo, le respondo, ¿pero no será porque estamos cerca del fin de semana? Oiga, jefe, me dice, perdone, pero ¿Ud. no tiene ojos? N°4.- Mi caballero, no sé qué piensa Ud. pero necesitamos a alguien que nos dé trabajo en este país y más movimiento. Nos estamos llenando de empleados públicos. Fíjese que mi señora trabaja en el ministerio “x” a contrata y todos los meses está con el alma en un hilo, por si la despiden. ¿Cómo se puede vivir así? En realidad, lo entiendo. En fin. Es lo que hay, le comento. Pronto cada uno dará su opinión en las elecciones. Eso es lo que Ud. cree, me contesta. La mayoría de los jóvenes no está ni ahí con la política. Habrá mucha abstención. Bien, ya llegamos. Que le vaya bien y ánimo.

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