Esta semana sufrimos los embates de un temporal de viento y lluvia nunca antes visto. La Región completa se vio sometida a los efectos de la naturaleza. En 2 días llovió lo que antes llovía en un año.. Ahora bien, como nunca antes se pudo anticipar lo que ocurriría, ya que los informes de este fenómeno climático se comenzaron a difundir desde el viernes de la semana antepasada. Sí, señores, el viernes 5 de mayo ya se señalaba que habría un temporal que comenzaría entre los días miércoles o madrugada del jueves y que tendría tal intensidad que generaría una lluvia que superaría los 100 mm. El hecho importante es que esa información fue entregada por un profesional de la zona, Cristóbal Juliá, que durante mucho tiempo trabajó en el Ceaza, dependiente del Gobierno Regional y que hoy inició su emprendimiento en el tema a través de su empresa MeExpert. Su análisis fue muy certero y muchos de los que lo seguimos en las diferentes plataformas y redes de información, nos preparamos para este evento. Lo penoso o mejor dicho lo indignante es que nuestras autoridades locales hicieron caso omiso a sus informes y prefirieron usar la información entregada del nivel central. Así, a pesar que ya se sabía de esto, algunos seremis de la Región prefirieron viajar a Argentina. Las alertas (amarillas o rojas) que deben darse desde el Ministerio del Interior se querían cancelar en base a los informes meteorológico de nivel central. La ayuda a los municipios por emergencia, no tuvo la dinámica y rapidez que se necesita.  En fin, a pesar de haber tenido la información, las decisiones se tomaron tarde. Se tomaron tarde porque no confiaron en los análisis y estudios de los que conocen y han trabajado en la región y que tienen la capacidad y conocimientos no sólo profesional, sino que también territorial, de la misma Región. Acá sin duda hubo una falta de confianza, que nació desde la misma Región y que de haberse tomado en cuenta habría evitado muchos de los desastres que tuvimos. Casas que se llovieron, quebradas que se desbordaron, casas arrastradas por el agua, falta de materiales para ayudar a la gente, embalses sobrepasados, etc. En fin, hubo una falta de prevención que hoy se paga, incluso, lamentablemente con vidas humanas. Creo que siempre es mejor prevenir que lamentar y hoy por hoy nos estamos lamentando y no podemos cantar victoria. La razón muy simple es que desde la región se advirtió con mucha anticipación lo que ocurriría. Por ende, nada de lo que hoy lamentamos, debería haberse producido. Si queremos regionalizar, creámonos el cuento y actuemos así, porque en caso contrario, seguiremos siendo súbditos del poder central.

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