Esta semana aparecieron los resultados de las postulaciones a las universidades, en un proceso que se vive cada año con esperanzas y tensión. En el último tiempo se ha sumado otro factor relevante, como es la gratuidad parcial establecida en el país, así como también ciertas políticas de mayor control sobre las universidades. Un dato adicional este 2017 ha sido un curioso video que circula por las redes, bajo el patrocinio del Consorcio de Universidades Estatales (CUECH), que se refiere en principio al CAE, pero que en la práctica hace un juicio contra las universidades privadas.Uno de los problemas de Chile ha sido desviar la discusión sobre las universidades hacia temas económicos e ideológicos, disminuyendo el foco en la calidad y en las oportunidades. A esto se suma la omisión de aspectos centrales de la realidad universitaria nacional, que son omitidos, impidiendo comprender el sistema en su conjunto.Por ejemplo, en distintos análisis y rankings internacionales, las universidades chilenas aparecen entre las mejores de América Latina, mostrando un sistema desarrollado y con gran potencial, con un prestigio que reconocen desde distintos lugares del mundo. El ranking QS destaca que el 2016 hay 15 instituciones chilenas entre las cien mejores universidades del continente latinoamericano. De ellas cinco son estatales, seis son públicas no estatales (entre ellas la Universidad Católica del Norte) y cuatro son privadas creadas después de 1981. Esto muestra la existencia de un sistema plural y con una calidad diversificada.¿Qué hacer para encausar adecuadamente la discusión y el progreso de la educación chilena? En primer lugar, focalizar la atención en un sistema universitario de calidad. En segundo lugar, priorizar la inversión estatal en las universidades de regiones: Chile necesita un sistema que tenga excelentes instituciones de enseñanza superior a lo largo del país, con buenas oportunidades para profesores e investigadores, aprovechando el potencial de las distintas zonas. En tercer lugar, lograr que ningún talento se pierda por razones económicas: esto exige no sólo buenas becas o gratuidad, sino también la colaboración durante los estudios, con apoyo para llenar vacíos y para cubrir otras necesidades más allá de los aranceles. Chile necesita un debate informado y racional para tener educación y políticas públicas de calidad. 

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