Toda esta semana, nuestros políticos han estado tramados en temas que realmente no nos sirven mucho para el futuro. 
La Presidenta, en un acto inédito, se querella contra un medio de comunicación, sentando un precedente propio de los años 80; otros están preocupados de las primarias; otros están desesperados por las encuestas; etc. 
El tema hoy en día es qué pasa con lo que le interesa al ciudadano y con la visión de futuro que necesitamos. 
Si bien tenemos problemas en salud, educación, seguridad, la lista es bien larga, como lo dije en la columna anterior, qué pasa con el tema tecnológico. 
Para mí es un tremendo tema que, salvo algunas personas que ven un poco más allá del bosque, definitivamente está relegado a un cuarto o quinto lugar. 
Lamentablemente, quedó en el limbo lo iniciado por el Presidente Piñera, para quien este tema era la base de una “sociedad del conocimiento y la información”, con una agenda digital clara que permitiría no quedarnos fuera de esta revolución que viene para el futuro y que es trascendental para alcanzar el desarrollo económico, laboral, cultural y social. 
Como el presidente Piñera dijo en su oportunidad, “ya quedamos fuera de la Revolución Industrial y por eso hoy somos un país subdesarrollado, no perdamos la oportunidad de llegar a tiempo a la Revolución Tecnológica que hoy es el más profundo y amplio de los últimos años de la historia humana”. 
Sus palabras son claras sobre la materia, porque como persona tiene internalizado que todo el tema tecnológico y digital es fundamental para hacer de Chile el país que puede ser. 
No por nada durante su Gobierno se pudo llevar a adelante el programa “Chile sin Papeles”, precursor de “Chile Atiende” o bien se creó el sistema de “Empresas en un Día”, que constituyen ejemplos de un estado digital y tecnológico al servicio de la gente. 
El entiende que el Chile digital es el mejor aliado de la gente. Por todo lo anterior, espero que se empiece a hacer la pega y este gobierno deje de pensar en sus cambios estructurales provenientes del pasado y empiece a mirar a futuro, de manera que no sólo retome la agenda digital impulsada por el presidente Piñera, sino que siga en la senda de la innovación tecnológica. 
Así en vez de seguir mandando proyectos de ley de índole política o siga con sus reformas estructurales o mantenga su senda de un proceso constituyente que en nada sirven para mejorar la calidad de vida de los chilenos y chilenas, empiece de una vez por todas a preocuparse de temas como este, que, dicho sea de paso, está entregado al olvido y donde hoy por hoy los vacío legales sobre esta materia nos van a dejar muy lejos del tan anhelado sueño de conseguir el pleno desarrollo del país.  
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