Por admin el Mié, 29/02/2012 - 00:32
El pecado de Pedro Lobos fue parecerse a un violento delincuente que atacaba a transeúntes y les robaba. Fue esta similitud física y una investigación deficiente por parte de una fiscala de la zona Occidente de Santiago la que lo llevó a permanecer más de tres años privado de libertad, pese a que era totalmente inocente. El verdadero autor de los atracos, Mauricio González Madrid, había sido sentenciado meses después a 10 años de cárcel como autor de tres delitos de robo con intimidación, por lo que la Corte Suprema revirtió el fallo contra Lobos.