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Fernando Valladares (40) volvía a su casa en La Florida la noche del 27 de noviembre, cuando, por motivos que se investigan, fue herido de gravedad producto de un disparo. Jamás se encontró la bala, y la familia, además de notar “lentitud en la investigación”, afirma que las pericias en el sitio del suceso no se realizaron a tiempo, y se contaminó la evidencia.

El 27 de noviembre recién pasado, la vida de una familia serenense cambió para siempre. El hijo menor, Fernando Valladares, quien, pese a tener 40 años había decidido quedarse en el sector de La Florida en la casa de sus padres, para ayudarles en su emprendimiento, falleció y todavía no se saben las causas que originaron su partida.

Lo cierto es que su hermano mayor, el Tecnólogo Médico Alberto Valladares, quiso dar a conocer la historia de “el regalón” de la familia dando cuenta lo que considera como un “lento avance en la investigación policial” que les está generando una ansiedad muy difícil de sobrellevar.

No se explican cómo ni por qué a Fernando “le pasó lo que la pasó”, según cuentan, ya que nunca tuvo problemas con nadie, era sociable, de muchos amigos y “todo el mundo lo quería”.

La peor noche

Todo comenzó con el aviso de un vecino que vio en las redes sociales una fotografía de la moto Harley Davidson, tirada a un costado del Parque Coll. De inmediato se imaginó que podría ser la de Fernando, y corrió a la vivienda donde a esa hora ya estaban acostados los padres de la víctima, don Alberto (78) y la señora Juana Eldina (74). Mientras conversaban, llegó un carabinero para avisarles que Fernando “se había caído” de la motocicleta, y que el Samu ya se lo había llevado al hospital, pero que debían ir a buscar el vehículo pronto, de lo contario lo desmantelarían.

Eso hicieron, y mientras la madre se trasladó al recinto hospitalario, el padre junto a otros vecinos, fue a buscar la motocicleta, que estaba prácticamente intacta.

“Ahí supimos de inmediato que no había sido una caída fuerte ni mucho menos, que debe haber ido a muy baja velocidad”, indica su hermano Alberto.

En el hospital, poco a poco se incrementaba el nerviosismo, ya que, si bien en un principio les dijeron que Fernando se encontraba estable, las noticias posteriores fueron menos alentadoras. “Le dijeron a mi madre, que en ese momento estaba acompañada por unos primos, que la herida era producto de una bala o una herida corto punzante, por lo que se estaba desangrando. Luchó y luchó hasta la mañana del día siguiente. Ahí nos avisaron que había fallecido, lo que nos tomó mal parados, porque en principio nos dijeron que estaba estable”, relata el familiar.

No había bala

Pese a que en el certificado de defunción dice expresamente que falleció producto de un impacto de bala, nunca se encontró el proyectil, ni en el cuerpo de Fernando, ni tampoco en el sitio del suceso.

En este sentido, Alberto es claro: para él hubo un mal procedimiento que redundó en que “se perdiera tiempo y pruebas”, afirma, lo que les genera muchas dudas como familia ya que no tienen respuestas, nadie les informa nada y “no tenemos idea de lo que ocurrió con mi hermano”, expresa Alberto, evidentemente afectado. “En Fiscalía nos dicen que no nos pueden informar nada porque cualquier cosa que se filtre puede entorpecer la investigación, y ni siquiera nos reciben. Eso en el Ministerio Público, porque en la PDI, si bien tampoco nos pueden decir nada, sí son más deferentes y al menos nos reciben, y nos escuchan”.

Críticas y teorías

El Tecnólogo Médico, narra con dolor, cómo su madre y su padre no han podido pararse, y probablemente nunca lo hagan del todo. Asegura que esta incertidumbre en la que los hacen vivir, “es inhumana”. Por lo mismo, han decidido contratar un abogado para mandar a realizar pericias propias y querellarse contra quienes resulten responsables de la muerte de Fernando Valladares. “Creemos que esto va demasiado lento, y si nosotros no nos movemos por nuestra propia cuenta el caso podría quedar ahí, estancado, como tantos otros”, afirma.

Descartan totalmente que haya estado involucrado en algún hecho ilícito, y que su muerte tuviera que ver con un ajuste de cuentas. Lo que piensan al interior de la familia es que lo pudieron haber intentado asaltar, lo confundieron, o bien alguien que él llevó en su motocicleta atentó contra él.

“Mira, Fernando, había estado en un pub en Coquimbo, pero no andaba ni curado ni nada, después se vino con un amigo también motoquero y paró en otro lugar donde estaban despidiendo a un amigo, esto ya en La Serena. Estuvo poco tiempo ahí, y se fue tipo 11:30, porque le iba a pillar el toque de queda”, indica el hermano del fallecido, agregando que, “puede que en un semáforo alguien se subiera a la moto e intentara asaltarlo, lo que no pudo hacer porque a mi hermano no le faltaba nada, no le robaron ni el dinero ni el celular, pero sí lo hirieron, y eso lo puede haber llevado a perder el conocimiento y caer allí al costado del Parque Coll”.

Pero existe otra teoría que les da vueltas, y tiene que ver con que lo hayan confundido, según relata Alberto. Esto, debido a que en ese momento Fernando iba con un casco que no era de él, que se lo había regalado un amigo que se parecía mucho. “Esta persona es más bohemia, más jaranero y ese tipo de cosas. En una de esas, lo confundieron y lo atacaron”, expresa.

La investigación continúa

Hasta el momento, la investigación continúa y no se puede descartar ninguna hipótesis, pero en el intertanto la familia no puede más con la incertidumbre. “Por eso la reunión con el abogado, para poder tener más certezas, porque aquí en un principio ni siquiera se perició la moto, en el lugar, tampoco se perició el lugar a fondo. Estuvo todo muy mal hecho”, sostiene el hermano del serenense asesinado.

 

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