“La Nueva Mayoría tiene fugas por el centro y por la izquierda, ese es su problema central”

Jorge Gómez Arismendi,  director de la Fundación para el Progreso, organización dedicada a potenciar el descubrimiento de todo aquello que aún es desconocido para la sociedad con el objetivo de que las personas desarrollen sus talentos y puedan cumplir con sus proyectos de futuro, habló con El Día sobre el futuro político de la Región de Coquimbo, los resultados obtenidos en la última elección presidencial y la crisis actual de la Nueva Mayoría.

El investigador de la fundación afirmó que la democracia cristiana fue uno de los partidos más dañados tras las elecciones 2017, colectividad que, a su juicio, ha perdido fuerza y liderazgo al interior del bloque oficialista.

- Con los resultados obtenidos, ¿cuál sería el futuro de la Nueva Mayoría?

“La Nueva Mayoría tiene un panorama futuro complejo. La DC, uno de los partidos ancla de las coaliciones de centro izquierda de los últimos años ha caído en una crisis importante. Por otro lado, el PS ha perdido fuerza frente al PC, lo que va alejando a sectores de centro, moderados o más socialdemócratas, tradicionalmente ligados a la centro izquierda. Además, surge el Frente Amplio, que intenta ser un movimiento más convocante, pero que sin embargo, le disputa los apoyos de izquierda más radicales. Entonces, la Nueva Mayoría tiene fugas por el centro y por la izquierda, ese es su problema central”.

LA DEBACLE DE LA DC

- ¿Qué partido cree usted que es el que sale más dañado después de las elecciones?

“La DC creo que es uno de los más dañados. Ha perdido fuerza no solo con respecto a sus socios de coalición, sino que ha entrado en una tensión interna que podría tener altos costos, sobre todo en relación a figuras y apellidos emblemáticos en el partido. La DC tiene un problema de identidad que no ha logrado resolver y que la candidatura de Carolina Goic intentaba resolver pero que, luego de la derrota, terminó por develar la crisis. La DC es como un barco sin timón, donde algunos marineros quieren saltar a los barcos cercanos sin importarles si se hunde y algunos quieren colocar en la tabla a otros para hacerse más espacio en el buque”.

- ¿Cree que el PC y la DC podrán llegar a acuerdos y seguir siendo parte de una coalición común?

“No, la verdad no. Creo que la Nueva Mayoría fue un intento de ciertos sectores de la Concertación por recuperar el poder y ajustarse a un clima de opinión más proclive al estatismo que, paradojalmente, cuestionaba lo avanzado por la propia Concertación en cuanto a derrotar la pobreza y generar mayores oportunidades. La Nueva Mayoría es la Concertación con demencia senil, que paradojalmente la sufrieron sus generaciones más jóvenes. Así, a diferencia de la Concertación, que se movía originalmente por restablecer la democracia, a la Nueva Mayoría ya los movía un afán irresponsable de poder por el poder. Eso quedó ejemplificado en las acciones llevadas a cabo por el ex ministro del Interior de Bachelet en su segundo gobierno, Rodrigo Peñailillo”.

- ¿Qué fue lo que le faltó a la candidatura de Alejandro Guillier?

“Guillier era un candidato al que le asignaron serlo. Eso se notaba no solo por su disposición sino también porque se mostraba reacio a involucrarse en los temas. Max Weber decía que el político requiere razón y pasión, y creo que a Guillier le faltaban ambas cosas. Eso se notaba cuando intentaba mostrar más pasión, cayendo en frases desafortunadas intentando captar votos más duros. Su frase sobre meter la mano y el patria o muerte denotan eso, porque por dárselas de revolucionario apasionado terminó metiendo las patas hablando tonteras”.

EL RESPALDO A PIÑERA EN LA REGIÓN

- ¿Se pensaba en un triunfo tan categórico de Sebastián Piñera con tanta diferencia?

“En parte sí, al menos esa fue la tónica antes de la primera vuelta donde la derecha presumió un triunfo holgado de Piñera. Sin embargo, el aire de triunfalismo se cayó luego de los resultados reñidos de esa primera vuelta, lo que dio paso más al escepticismo que al triunfalismo. La distancia final entre Guillier y Piñera fue una sorpresa para muchos”.

- ¿Cómo se puede explicar que la Región de Coquimbo, un bastión de la izquierda, Sebastián Piñera sacó un 50,98% versus un 49,02%, una estrecha diferencia pero que finalmente le dio el triunfo?

“En general, se olvida que hay elementos que parecen alejados del proceso electoral más inmediato que también van cimentando apoyos. Por ejemplo, a inicios de 2017 y como parte de su pre campaña, Piñera visitó parte de la zona norte afectada por fuertes sistemas frontales como Chañaral. Eso, que fue muy criticado, marca ciertos precedentes sobre todo en contexto emocionalmente fuertes. No necesariamente esta fue la causa de su triunfo, pero eventualmente incide en mostrar más decisión política”.

- Pero Sebastián Piñera, ¿habrá convencido a gente que no fue a votar en la primera vuelta?

“Creo más bien que apostó a movilizar a su propio electorado. Hubo una táctica arriesgada, que fue la de movilizar apoderados bajo la idea de los votos marcados. Eso influyó de alguna forma. Pero también hubo un voto volátil que en primera vuelta apostó por candidatos menos tradicionales y en segunda vuelta se definió por Piñera. Hay que analizar bien cómo fue ese proceso”.

DESAFECCIÓN POLÍTICA

- Con la actual desconfianza en las instituciones, ¿cómo se puede recuperar la confianza de la ciudadanía en la política?

“La política chilena entró en una fase altamente telúrica. La Concertación se derrumbó, no existe nada de ella. En ese sentido, por ejemplo, es claro que en la centro izquierda se viene un proceso de reemplazo en varios niveles, no solo a nivel generacional entre hijos de, sino también a nivel ideológico con discursos más radicales que conforman nuevos referentes y bloques.

En la derecha el proceso es similar aunque más paulatino, menos notorio. Pero es obvio que hay un creciente desarrollo de posturas más liberales que impulsan sectores más jóvenes, sobre todo en Evópoli y eso hace que otros sectores más tradicionales pierdan terreno y reaccionen intentando levantar discursos más conservadores o que apelan a un sustrato más tradicional en las derechas como el nacionalismo. En cuanto a la confianza, esta se recupera cuando quienes se dedican a la política actúan en concordancia, con responsabilidad y ética”. 

LAS FRASES

“La Nueva Mayoría es la Concertación con demencia senil, que paradojalmente la sufrieron sus generaciones más jóvenes"

“Guillier era un candidato al que le asignaron serlo y eso se notaba cuando intentaba mostrar más pasión, cayendo en frases desafortunadas intentando captar votos más duros”