La contaminación existente en la bahía de Coquimbo es evidente y de ello dan cuenta el vertimiento de hidrocarburos y químicos al mar, el desecho de basuras en el borde costero y la significativa presencia de embarcaciones en total abandono, configurando una problemática mayor que los ambientalistas locales exigen a las autoridades abordar de manera efectiva, ante la compleja situación actual.
Si bien hace algunas semanas se culminó el retiro de miles de litros de petróleo desde el varado buque factoría Don Humberto, considerado durante años un peligro latente para la sustentabilidad del mar, hoy se pueden apreciar trazas de combustible en el sector de la caleta de pescadores, lo cual hizo resurgir nuevamente la voz de alerta.
A esto se agrega que constantemente desde las lanchas pesqueras se arrojan desperdicios a la bahía y se realiza el lavado de estas embarcaciones con detergentes y químicos, los que finalmente van a dar al agua, impactando en el ecosistema local.
Por otra parte, en la actualidad existen siete embarcaciones fondeadas en condición de “para comercial” o dadas de baja en las costas de la ciudad puerto, y alrededor de 15 navíos de gran calado bajo el mar. Lamentablemente, la carencia de una norma reguladora permite que Coquimbo sea un “cementerio” de navíos.
VISIÓN AMBIENTALISTA. Ante la evidente contaminación existente en el mar y borde costero de Coquimbo, se efectuó un recorrido por el sector junto a ambientalistas y Fanny Keller, presidenta de la Fundación Conciencia Animal, quien afirmó que la bahía de la ciudad puerto presenta un estado crítico.
“El problema más grave es el daño que se está realizando a la flora y fauna existentes en nuestro borde costero, implicando lobos marinos, peces, crustáceos y aves, que en muchas ocasiones resultan muertos al consumir recursos que poseen contaminación y basuras concretamente; generando así una reacción en cadena”, señaló Fanny Keller.
Por otra parte, la ambientalista realizó una dura crítica al accionar de las autoridades en materia de fiscalización y medidas para frenar la progresiva contaminación del mar y el borde costero, señalando que “lamentablemente, la temática ambiental es minimizada y no se dan cuenta de los problemas de salud pública que se pueden generar. Mientras no exista una fiscalización real y efectiva, va a ser muy difícil controlar el problema; las autoridades deben generar un programa con un enfoque realista y de acuerdo a las necesidades existentes”, concluyó Fanny Keller.
GREMIOS PESQUEROS. También se conoció la impresión de los gremios pesqueros respecto al estado ambiental en el cual se encuentra la bahía de Coquimbo y primero fue el turno de los artesanales, desde donde reconocen cierta responsabilidad en la contaminación existente y llamaron a los hombres de mar a cambiar estos hábitos. Además, se emplazó a los tripulantes de los barcos pesqueros a no arrojar químicos al mar.
“Para nosotros es preocupante el estado en el cual se encuentra la bahía de Coquimbo y la escasa fiscalización para que esto se frene. Nosotros como gremio hemos dialogado con nuestros compañeros respecto a la importancia de cuidar nuestra fuente laboral y hacia allá se está avanzando. Pero falta el compromiso de todos y de las autoridades para avanzar concretamente en descontaminar nuestro mar”, señaló Elías Marambio, secretario de la Federación de Trabajadores del Mar Elqui (FETRAMAR).
Además, el dirigente pesquero realizó un llamado a los parlamentarios de la zona a legislar para que se haga efectivo el retiro desde el mar de una gran cantidad de embarcaciones en desuso, que son un riesgo latente para el desarrollo y sustentabilidad de la actividad.
A sus palabras se sumó el presidente de la Asociación Industriales Pesqueros de Coquimbo, Osciel Velásquez, quien consignó que “hago un llamado a los parlamentarios a legislar para que las embarcaciones abandonadas en la bahía sean retiradas. Esto atenta contra las demás embarcaciones y pueden causar un daño mayor a los pesqueros industriales y pesqueros, incluyendo a las zonas de manejo. Por otra parte, la fiscalización debe ser efectiva y por parejo para mejorar la situación”, manifestó.
ARMADA Y MUNICIPIO. La labor fiscalizadora en el mar corresponde a la Armada, desde donde aseguran que la contaminación es un problema que debe ser tratado desde diversos enfoques, considerando a los diversos actores que involucran las actividades marítimas. Por otra parte, respecto a los navíos en condición de para comercial el mensaje es claro: hace falta legislar.
Sobre ello se dialogó con el capitán de puerto de Coquimbo, Rodrigo Pomeri, a quien también se consultó por la presencia de hidrocarburos en el mar y frente a la caleta de pescadores. “Se está indagando, ya que se aprecia una película oleosa y es algo poco usual. Esto podría pasar porque una embarcación botó residuos, o ser restos oleosos de los motores fuera de borda, además del lavado de las embarcaciones. Tras tener una información certera, se adoptarán las acciones pertinentes”, y descartó que la traza oleosa provenga del buque Don Humberto.
También se informó que en el mes de marzo el capitán de puerto local se reunió con los armadores y representantes de las embarcaciones que están fondeadas en la bahía de Coquimbo y en condición de “para comercial”. Allí les exigió que se hicieran cargo de efectuar la revisión de los fondeos, verificar el estado de los cascos para prevenir accidentes, y obviamente tener certeza de la cantidad de combustible y lubricantes que tienen a bordo.
No obstante y ante la realidad existente, desde el municipio de Coquimbo se espera retomar una mesa de trabajo interinstitucional que permita frenar la contaminación existente en el mar y en el borde costero. Esto considerando que existen propuestas para tal fin, y que la necesaria labor para abordar la problemática se frenó tras el tsunami del año 2015 que afectó a la zona.
“Vamos retomar un trabajo junto a la Armada, la autoridad sanitaria y la Empresa Portuaria de Coquimbo para abordar la contaminación en el mar y el borde costero. Estos últimos poseen un proyecto llamado “pirata limpio” para actuar sobre la bahía, y nosotros coordinaremos el control de los plásticos y frenar el arrojo de químicos al agua. Después del tsunami hubo otras prioridades, pero la labor se retomará, incorporando también a la concesionaria Terminal Puerto Coquimbo”, enfatizó Juan Carlos Rojas, jefe del Departamento de Gestión Ambiental del municipio de Coquimbo.